Querido amor, escribo estas palabras al amparo de la noche, que silenciosa acompaña el ir y venir de esta alma triste, pero deseosa de estar junto a tí nuevamente...
Es esta misma noche la que me envuelve con su manto e inspira a escribir palabra tras palabra, tratando de aquietar mis ansias de buscarte, de acariciarte y de besarte...
Ya no sé hasta cuándo resistiré esta lejanía, me has condenado a una soledad sin tregua, a un silencio que carcome día a día mi pobre corazón...
¿Cuándo dejarás de correr? ¿Cuándo regresarás a mí? ¿Cuánto tiempo más soportaré?... Dios mío, dame las fuerzas necesarias para seguir adelante sin desfallecer, estoy resignada a esperarte una y otra vez...
Mi dulce amor, si supieras cuántas noches he pasado sentada junto al fuego, intentando calentar mis manos, sin resultados positivos, tantas noches sin dormir dando vueltas como un alma en pena por nuestro hogar...
Te busco entre las sombras de la noche, sólo tú me brindas el calor necesario, sólo tú me abrazas con esa firmeza y energía que revive mi desfallecido cuerpo, sólo tú me amas de manera intensa, sólo tú entiendes mi sentir...
Ahora me debo resignar una vez más a esperar con anhelo tu regreso, esperando que esta vez sea el regreso definitivo y no debas partir de nuevo, dejándome sola y triste como tantas otras veces...
Pero quiero que sepas, que a pesar de sentirme tan solitaria,mi amor por tí es infinito, tan infinito como es el universo que nos rodea, mi amor por tí es genuino, no es egoísta, es leal, verdadero y honesto...
Mi amor por tí es y será eterno...