LOS SOFISTAS TENÍAN RAZÓN.
Publicado en Sep 20, 2013
A pesar de las discrepancias que pueda tener con los sofistas y su forma de obrar (enseñaban retórica a aquellos que ambicionaban dedicarse a la política), hay algo en lo que coincido plenamente; con lo que me voy a posicionar en contra de lo que me parece son los fundamentos de nuestra cultura, que esconden tras de sí una realidad manipulada, coartada incluso.
Y es que no existen las verdades absolutas, ¿absolutas? Así es, no existen las esencias, las matemáticas no son más que una herramienta elaborada por el ser humano acorde con la naturaleza, no existe la universalidad, y la moral no es más que un pretexto en apariencia necesario. Los conceptos no son las cosas en sí, sino limitaciones de las mismas. Todo es relativo, del momento y del punto del espacio en el que se encuentre el observador depende que tenga una perspectiva del mundo, distinta de la de cualquier otro observador en ese instante. Estamos atrapados en la subjetividad, por tanto no hay afirmación que no pueda ser rebatida, sin importar cual, o si es verdadera o no. Incluso los propios humanos tenemos una existencia relativa, ya que nuestro conocimiento de la existencia y del ser, se basa en teorías y creencias que reposan sobre el vacío. Así pues, el conocimiento se basa en creencias. Las más extendidas entre un pueblo determinado, que dependerá de la fisiología de dicho pueblo para creer convenientemente en unas cosas u otras, son incorporadas a los sistemas metafísicos. Son los pensadores y artistas de cada pueblo los responsables de dichas creencias, pero siempre son las condiciones socioeconómicas y geográficas las que guían a una cultura en una dirección. Una vez extendida y establecida una creencia, se convierte en verdad absoluta. Eliminando cualquier otro punto de vista y fortificándose convenientemente con unos valores morales concretos. Cualquier otro punto de vista, por muy lógico o acertado que sea, será destruido si es considerado una amenaza para las Ideas hegemónicas del momento. Pero no por ello es menos verdadero que el predominante en dicha cultura.
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