Historia de amor.
Publicado en Sep 27, 2013
Hoy he soñado que me acercaba lentamente por tu espalda, apartaba el cabello que cubría tu cuello y miraba con desolación como había pasado el tiempo, lo mal que nos había tratado. Mientras miraba fijamente tu cuello con ganas de deslizar sutilmente mi mirada hacia tu rostro, se iba desvaneciendo el dolor y sólo quedaban ganas de vivir un día más, tal cual vivía hacía ya mucho tiempo, o poco, todo es relativo, pero demasiado. Con las ganas de vivir las siguientes 24 horas me dispuse a mirar fijamente tus ojos, primero vi tu boca, luego tu nariz, y finalmente tus ojos, nada era tuyo, todo había cambiado, no eras tú, era otra persona distinta que no reconocía pero que por algún motivo, sin razón aparente, suscitaba en mí un sentimiento agradable de supervivencia, que hacia que no solo olvidase mi dolor guardado durante tanto, demasiado tiempo, si no que a la vez, me hacia imaginarme un rostro diferente al mío, que hacía tiempo que se había desvanecido en la oscuridad de mi mente. Me sentí feliz, sentí que mi vida se paraba y que todo lo que ocurría alrededor era tan sumamente innecesario que solo deje pasar el tiempo, y vi como tu rostro envejecía por dentro, aunque solo fuese para mi entender, y deje que el mío envejeciese para ti, cuando el paso del tiempo hizo que todo pareciese igual y sin sentido decidí enfrentarme a lo que tenía a mis espaldas, y ahí te encontrabas tú, con el mismo gesto de siempre, sin ningún cambio, cuando quise darme cuenta de que lo que había estado admirando y envejeciendo no era realmente lo que yo pensaba, ya era demasiado tarde para echar la vista atrás.
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