El día en que nos demos cuenta de todo lo que dejamos escapar sin más, será un día triste, pues veremos como todo aquello por lo que hemos luchado y todo aquello que hemos construido con sudor y lágrimas, más tarde lo hemos despreciado como si no valiese ni un misero segundo de nuestras vidas. Cuando llegue el día de darse cuenta de las estupideces que hemos cometido, de las vueltas que hemos dado, cuando teníamos la perfección al lado, ese día, nos sentiremos inútiles y solo seremos capaces de pegarnos cabezazos contra la pared, pensando que nuestra vida es una gran mentira, labrada por nosotros mismos, que nos la hemos creído sin necesidad, que hemos sido felices mintiéndonos, que hemos sido felices de mentira. Lo peor, será cuando llegue el día de enfrentarse a la verdad, y es que lo que realmente quieres ya no esta, que lo has dejado escapar sin más y ahora el ha encontrado su otra vida de verdad. Entonces tu echaras la vista atrás y pensaras que si hubieses sido más maduro en aquellos tiempos, no habrías dejado que esto sucediese, ahora serías feliz, no te arrepentirías de nada, y tu vida, no sería una gran mentira, si no más bien, un gran cuento escrito y narrado por ti mismo, en el que ha ocurrido lo que tu quieres que ocurra y no lo que creías que debía ocurrir, porque es cierto, hasta en las historias inventadas por uno mismo, se pasa mal. El día en que la gente decida quitarse esa venda de estereotipos que nubla su vista, ese día, habrán mil suicidios, habrán mil personas que no quieran seguir con esta mentira que se han propuesto, habrán mil personas que quieran volver atrás, arreglar las cosas, pero lamentablemente, será demasiado tarde, pues por el sendero largo o corto de vida que han dejado, la gente que realmente ha sentido dolor, la gente que ha estado dándose cuenta de lo que ocurría, esa gente, ya se quito la venda hace tiempo, y a esa gente, le da asco la gente que aún sigue con su venda, puede que no lo demuestre, pero le da asco, y no es de ser falsos, si no es de ser inteligentes. Me das asco, te detesto, pero no por ello voy a dejar que te hundas, ya que somos personas, somos una sociedad y nadie es menos que nadie por muy ciego que esté, así piensa la gente que ya no usa vendas para vivir un mundo idealizado. Será imposible arreglar tantos años de ceguera, pues los de vista cuerda, jamas querrán juntarse con los ciegos por miedo a que se les ponga otra venda.