El Antiguo Tesoro
Publicado en Sep 27, 2013
El antiguo tesoro
En una tierra flanqueada por cerros azulados y verdosos, había un mundo donde un valiosísimo tesoro que hablaba del origen de aquella tierra, se hallaba oculto. Un escrito en jeroglífico que se hallaba en la cima del más alto, decía que un niño que amaba la biología pero odiaba la historia lo hallaría. Nadie sabía si aquel escrito egipcio decía la verdad, ni tampoco nadie se animaba a apostar si esto era cierto o no. Mientras tanto el canto de los pájaros, una fresca brisa y una cálida temperatura envolvían aquella tierra. Haciendo que todos los habitantes de tierras cercanas se acercaran a visitarlo. Sin saber si entre ellos estaba el protagonista de aquella curiosa historia, un día ocurrió algo que hizo sospechar a sus pobladores de que aquel relato se haría realidad en poco tiempo. El sol abandonó aquel valle de increíble tranquilidad, y un par de nubes se acercaron por el este. Los pájaros volando se alejaron de aquella tierra. Mientras tanto un niño cuyo nombre era Agustín y estudiaba los animales en su facultad. Vio que en la isla donde estaba ocurría algo muy extraño, la tierra se abrió en dos, apareciendo delante de él, Un precipicio profundo que despedía para su sorpresa una fragancia a extrañas hierbas. A donde llevaba este, porque ocurría esto, esas preguntas migraron a su mente como lo hicieron miles de personas a lo largo de la historia. Una nota vieja y mal escrita voló desde la base de este accidente geográfico y cayó a pocos metros de él. En esta tierra una hermosa misión que me permitirá darte cuenta la importancia de la historia en el presente, Te ha sido encomendada. Si la cumples se sabrá el origen de esta tierra, donde el estrés de la ciudad se esfuma como el humo de las chimeneas. Una vez leído esto un fenómeno que no esperaba lo absorbió hacia el fondo de aquel precipicio. Donde todas aquellas características asombrosas lo sorprendieron e hicieron que un amor hacia aquella tierra envolvieran para siempre su alma, pero que misión tenía que cumplir. Esa pregunta circulo incansablemente por su mente como si esta fuera las venas del cuerpo y aquel interrogante el vital líquido rojizo. Sus pies comenzaron a recorrer con dificultad, por su densa vegetación y por las animales que lo habitan aquel territorio. En busca de aquello tan importante que lo llenaba de curiosidad. Mientras Las aves y otros animales volvían a la isla, donde el sol volvía a aquel cielo ahora despojado de nubes, además aquellos seres comenzaron con un concierto que acompaño al niño mientras buscaba su destino en medio de ese paisaje increíble. Cuando menos se lo esperaba, en uno de los cerros que flanqueaba aquel lugar, un fenómeno lo sorprendió. Algo comenzó a brillar y su brillo aunque poco visible por la luz del sol, era perceptible. Pero porque brillaba, eso tenía que ver con la misión que debía cumplir o era solo una extraña piedra que solo estaba para confundirlo, esa duda giró por su mente, durante horas, hasta que unos seres que no esperaba ver aparecieron desde lo alto de uno de los cerros. Cuando posaron sus pies delante de un sauce añejo de copa grande. Mirándolo a los ojos le dijeron Deberás buscar el tesoro que oculto en este paisaje de increíble biodiversidad cuenta el origen esta tierra, pero no te será fácil. Por su cuidado ha sido guardado en lo más alto de estos cerros, la geología del lugar te complicara la misión. Pero no te des por vencido, con perseverancia podrás cumplir con tu destino. Pero cómo lo encontraría, si no tenía idea en qué lugar exacto estaba. Esa pregunta voló por los aires de su mente que no podía pensar en otra cosa por la belleza del paisaje que tenía delante. El menor de los seres cuya sonrisa no se borraba de su rostro pequeño y de una belleza increíble leyéndoles el pensamiento le dijeron El tesoro de esta tierra llamada tranquilitus, se encuentra en la cima del cerro de mayor altura y belleza, que es el que está hacía allá, mientras levantaban sus manos adornadas con flora autóctona y le señalaban hacia el este. Pero no te podremos ayudar a escalarlo, eso lo deberás hacer solo, gracias, chauuuuuu. Como un rayo desapareció convirtiendo su cuerpo en un humo que se disipo hacia el norte dejándolo solo en medio de aquel valle, donde solo el canto de los pájaros lo acompañaba. Con paso decidido se dirigió hacia el pie de aquel cerro, en busca de su destino, lo escalaría a pesar del riesgo que podía correr. Cuidando de no caerse porque el desnivel que tenía el suelo era muy marcado y él no tenía entrenamiento de ningún tipo, pero las subidas y bajadas del terreno no eran los únicos obstáculos que se le presentarían para cumplir con su misión. Un río de gran profundidad pero de aguas cristalinas apareció en frente de sus ojos. Antes de tocar con sus cansados pies el pie de aquel relieve inclinado de color azulado. Cómo lo cruzaría sin ahogarse, si no sabía nadar ni tampoco sabía ningún truco que lo ayudará. Esa pregunta recorrió su mente, la cual estaba sorprendida por la belleza y tranquilidad. Como la voluntad y la perseverancia que albergaba su alma eran más grandes que cualquier otra cosa observándolo el entorno busco cualquier cosa que lo ayudará a superar aquel obstáculo que lo separaba de su cometido. Solos troncos de árboles añejos cubrían la tierra que quedaba, por esto como no tenía otro remedio tomo uno y lo coloco de costa norte a costa sur. Sigilosamente y con algunos temblores cruzo aquellas profundas y frías aguas. Cuando sus pies tocaron aquella costa el clima cambio por completo el sol poco a poco se fue ocultando, el canto de los pájaros se intensifico, grandes bandadas se reunían en sus nidos para descansar. La noche iba invadiendo aquella tierra, dejando al niño envuelto en una oscuridad cada vez más espesa, sin embargo algo lo ayudaría ya que aquel objeto brillante que sus ojos había percibido antes seguía emitiendo aquella luz que lo encandilaba que al mismo tiempo lo ayudaba a poder seguir además ahora era lo único que iluminaba aquel camino. Esto lo hizo pensar que alguien tenía la intención de ayudarlo, pero porque, quien querría ayudarlo. Aquellas preguntas dieron vueltas por su mente mientras sus pies seguían avanzando por aquel misterioso camino. Solo unos pasos lo separaban de aquel cometido que lo ayudaría según los habitantes de aquel lugar conocer el origen de aquella tierra, y de aprender algo muy importante sobre la historia. Un extraño objeto de un material muy extraño se acercaba cada vez, y la luz se hacía cada vez más intensa, que tenía aquel objeto de especial, esa pregunta surgió de su mente, mientras el sol sorpresivamente volvía a aquel cielo y marcaba el inicio de un nuevo día, en donde la historia de aquel lugar se conocería, y él aprendería la lección de su vida. Un gran cofre de forma circular en la parte superior y cuadrado en su base apareció frente a sus ojos. Estaría allí oculto aquel tesoro que contaba la historia de aquel lugar, o era algo que estaba para confundirlo. Esa pregunta subía por las montañas de su mente y le preocupaba cada vez más, sabiendo que la única forma de saber eso era abriendo aquella tapa circular que emitía aquella luz extraña que lo encandilara pero al mismo tiempo le encantará, busco algo que le permitiría separar aquellas dos partes y haciendo la mayor fuerza lo logró. Varias maderas con extrañas figuras saltaron de aquel recipiente de madera, que al soltar la última. Algo extraño ocurrió con él, convirtiéndose en un líquido viscoso desapareció. Entre todas ellas había una nota que escrita en un idioma muy extraño contaba según lo que pudo leer la historia de toda aquella hermosa tierra, además esas pinturas eran el testimonio de que la historia se había forjado gracias al trabajo de miles de pequeños seres llamados tranquilitulus. Los cuales fueron despedidos de aquel territorio por un odioso y envidioso rey llamado histodiolus, quien odiaba la historia y no quería que se supiera quienes la habían forjado les robo todo su patrimonio. Esto le enseño a Agustín que la historia de un lugar es importante, ya que nos permite saber cómo llego a ser lo que es, esto cambio para siempre su visión de la historia, un amor hacia aquella ciencia social invadió para siempre su alma, y contento de conocer aquel dato tan curioso, se perdió entre los miles de sauces y otros árboles que cubrían aquella tierra tranquila y solitaria, llevando consigo aquella historia y esas pinturas que la contaban mejor que cualquier antiguo lugareño.
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