escribir
Publicado en Oct 07, 2013
La inspiración viene cuando le place, y utilizo "placer", porque me recuerda a "beber", y porque a estas horas de la noche no me salen ni las groserías. Llamar la atención de un buen escritor no es una fácil empresa, quizá nunca lo consigas aunque no por ello significa que tu prosa sea magnificamente buena y que la admiren escritores más flojitos que parece que no escriben, pero que escriben más hondo, no al alcance de petulantes y engreidos sino más adentro, ahí es donde quiero llega. No sé si me explico Adentro.. Donde la injuria parece bella y quedan fielmente acompañados por un buen bolero, melancólico donde los haya, destilando tristeza, llegando a tocar con un palito abrupto el corazón blando del hombre misántropo, de un lobo estepario que lima su carácter áspero consigo mismo. Mas adentro.. Embriagando las noches que huyen hasta de la oscuridad que las viste para quedarse desnudas frente a tí, enseñándote sus ojos plateados que miran y reverberan su fulgor contra tu pecho Más adentro Donde la guitarra repiqutea sus cuerdas para maniatarte con su aroma bodeguero y sensual a una vez. Memorando el cáctus que echa raices entre tu retina y el pasado incorruptible, formando un gran desierto blanco, de una blancura que consume la mirada mientras crece lentamente y es guardián de los días que se suceden Más adentro Donde la ilusión se ha recompuesto y abandona sus cenizas, renovada necesaria imperiosa y finalmente celosa y caprichosa, acercándonos a nosotros y desuniéndonos por el pescuezo, demostrándonos que el iluso no es feliz ni el pesimista triste. diriemiendo el casamiento entre el odio y el amor para amar nuestro aliento y el odiar eternamente nuestra obra imperecedera hasta ser reconocida Más adentro Echando más ron con pimienta a la copa para degustar la agridulce melodía que nace de una trompeta oxidada y un trombón desafinado en compañía de nosotros. Nosotros, !ah! que con hielos consolamos la soledad del vaso que no tiene más confidente que el bebedor, eso es seguro. Al final del camnio,la inseguridad que más me duele y golpea la aldaba de mi testa con violencia es la certeza de que el recuerdo es más intenso que la brasa bajo mis pies. Que aun queriendo desquitarme de las reminiscencias que se ensañan y me traicionan la pesadumbre gana la batalla suponiendo que adentro, más adentro, en lo más profundo del valle cuando la alameda sortea rios y piedras en su camino de rosaledas y donde fuentes suntuosas se vuelven timidas ante el coloro rojizo de un atardecer menguante nos guarda cobijo en su espesura para descansar cuando el silencio nos busca desesperadamente
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