Era un domingo soleado y el único ruido era el silencio.  Un dia del mes de septiembre que no provocaba salir de casa sino estar dentro de un cuarto frio y acostada en mi cama, arropada con la cobija de tigre y disfrutando de una película cómica, preferiblemente de Jackie Chan.
Abrumada por tanta comodidad y pereza me quede pensando por un instante el placer que me ha dado la vida de vivir en mi barrio. ¡Y vaya que no es cualquier barrio!

Se trata de Integración Comunal: un barrio ubicado al sur de Maracaibo estado Zulia, Venezuela. Llevo 23 años viviendo en él, junto con mis padres y  tres hermanos que tienen cinco años más que yo viviendo en Integración. Por un momento sentí la necesidad de conocer más sobre mi comunidad, de saber los inicios del lugar que me ha acogido durante mi niñez, adolescencia y ahora juventud.
Aproveche en ese instante la presencia de mi madre quien también disfrutaba en su cuarto de la televisión. Me acosté a su lado y sin pensarlo mucho le pregunte: -¿mami como era integración comunal cuando llegaste por primera vez? Ella muy gustosa de responderme, realzo su mirada hacia el techo del cuarto, en señal de rebuscar en su mente y trasladarse a esos momentos llenos de dedicación y esfuerzo.
Parecido a un encuentro intimo con el pasado, mi mamá me relató que hace 28 años Integración  comenzó como una invasión de ranchos, no había agua, ni electricidad. Las carreteras eran de arena y a diario pasaban los camiones cisternas y de hielo ofreciendo sus servicios rancho por rancho.

Cuando mis padres llegaron al barrio ya el nombre de Integración Comunal estaba fundado. Donde esta mi casa, antes pasaba una cañada, ese espacio se relleno y se empezó a construir; así paso en varios sectores, ya que solo era un terreno enmontado y lleno de basura.

Mi madre entre largas pausas y una mirada perdida, continuaba rememorando aquellos tiempos de integración. En ese momento entro mi padre al cuarto y se intereso en la conversación y no dudo en opinar. Recordó que la línea de por puesto del barrio, estaba integrada por seis vehículos entre camionetas rancheras y camiones 350 antiguos; también para ese entonces ya funcionaba las ruta de micro 9, era un bus que salía desde la parada de la línea de integración hasta el centro de la ciudad.
Mi madre  aprovecha cada recuerdo que viene a su mente, interrumpe a mi padre y agrega que poco a poco integración comenzó a tomar forma. Después que instalaron la electricidad, las tuberías de agua y asfaltaron las carreteras, cada familia comenzó a construir casas de bloques.

Al poco tiempo –cuenta mi madre- ya los niños del barrio estudiaban en la U.E. Manuel Angel Puchi Fonseca, perteneciente a la fundación Marista y,  mejor conocida por la comunidad como la `Quinta`. También existían escuelitas o tareas dirigidas en casa de la maestra Mercedes y la maestra Esmeralda. Había un dispensario en el sector Lilia Perozo de Zambrano que funcionó y brindó atención al barrio durante mucho tiempo.
El barrio Integración Comunal con más de treinta años de fundado ha creado su propio GPS, en sus coordenadas de norte a sur destacan varios puntos de ubicación y de gran referencia para la barriada, entre ellas: La Tostada de García, su nombre se debe a su dueño el Sr. García, quien durante varios años ofreció a sus vecinos el disfrute de ricas hamburguesas y tumbarranchos; la tostada ya no existe y su propietario murió hace más de ocho años, pero aun se conserva su nombre como punto de referencia.
La tienda El Valle (ya no existe), El Ahorcado, la tienda Amarrilla y JB son los abastos más antiguos en distintos sectores del barrio.

Las esquinas más populares de la zona se encuentra; La esquina del Italiano, de Renzo, Recti Mack, Joaquín Costa, Iglesia Israel, Las Pipas y  El Depósito.
Otros puntos claves de gran utilidad para habitantes y transeúntes del barrio son: La ferretería Hierro Mara (ahora Preca), La Cantv, El Hueco, La Batea, 6 de enero y el Desvió.
Cada palabra que expresaba la invasora de mi mamá, me transmitía gran sentido de pertenencia hacia mi barrio. Desde mi experiencia personal y con tan solo 23 años, las vivencias han sido únicas, creo que no hay mejor barrio que el mío, y no lo digo por agregar unas líneas más a mi texto, no!

Son varias razones: primero, por la calidad de su gente; hemos perdido a grandes vecinos, pero aún quedan muy buenas amistades. A pesar del malandrismo y personas nocivas que atacan el entorno, eso no ha permitido que nuestra comunidad deje de ser de calidad.
Segundo, somos privilegiados pues estamos en una zona VIP; de un lado tenemos la circunvalación - 2, el Palacio de Eventos, el Hotel Maruma, estamos rodeados de bancos, centro comercial, centro 99, gimnasios, panaderías, depósitos, auto repuestos, farmacias, estación de servicios; estamos muy cerca del metro, Nasa, Mercamara, el kilómetro 4 y la circunvalación 3.
En menos de 15 minutos o con solo pagar un pasaje ya estás en el cine. Sin duda tenemos la ubicación más céntrica que nos conecta con toda Maracaibo y San Francisco ¡que dicha!
El barrio lo integran 14 sectores y pertenece a la parroquia Luis Hurtado Higuera, este nombre es en homenaje a quien fue un gran dirigente y luchador sindical del país. En el año 1954 Hurtado lo sacaron de su casa en Caracas, esposado por la Seguridad Nacional y asesinado cruelmente, su cuerpo nunca apareció.

Pero como todo no puede ser tan excelso, nos hemos ganado fama y categoría. Varios señalamientos nos han llenado de vibraciones negativas. A mi barrio le han querido cambiar su apellido Comunal por “Criminal” y eso es algo que debemos defender, lo negativo no puede ni debe opacar lo extraordinario.

Recuerdo que en una oportunidad un taxista me dijo: - ¿Usted tan bonita y vive en Integración Criminal?  
¿Pues qué creen? Me toco enfrentar esa frase, la verdad sentí un saborcito amargo; es muy fácil recriminar algo cuando tu no formas parte de él.
Al taxista le respondí:
-En Integración Comunal no solo hay mujeres bellas, sino con mucho talento, mujeres criminales del ocio, de la ingratitud y la violencia. También hay hombres soñadores, con liderazgo y comprometidos con la vida.

Me sentí extasiada, el taxista creo que no sintió nada porque ni hablo.

Hoy por hoy me doy cuenta que uno de los mejores colegios Maristas está en Integración Comunal, el mejor educador esta en integración, el dedicado estudiante, el hábil contador, y la calculadora ingeniera esta en integración; la mejor peluquera, el mejor pan, el ingenioso diseñador esta en integración, el amable vecino lo tiene integración. Que placer es vivir en mi barrio, por eso soy barriotera de corazón.