Perdí a la musa más importante
Publicado en Oct 16, 2013
Nunca olvidaré ese 16 de Octubre, estaba como siempre, fastidiado de vivir. Pero no dejaba de ser un día cualquiera, un día más. Y de un momento a otro, todo cambio tan rápido.
Entré al restaurante buscando un lugar tranquilo para comer esa maldita noche…De repente la vi, arreglada, hermosa como pocas veces. El ambiente que se respiraba en el restaurante, las velas, el bello pastel servido en una copa con una vela encima y la flor sobre la mesa lo decían todo. Es feliz. Y no estaba conmigo, estaba con él. Sonriendo, orgullosa de ser de él. Con aquella imagen me embargó una tremenda y profundad soledad, una melancolía única, la de la pérdida de un ser amado. Es feliz…y no conmigo. Qué bueno por ella, pensé, me alegré…por ella nada más, pero yo sucumbía poco a poco a mi tristeza. Empecé a recordar todos los momentos juntos; felices visitando el zoológico, riendo juntos en una fiesta de hippies apestosos, en donde bebíamos y bebíamos cerveza mientras los hippies drogados hablaban con un árbol de navidad. Cuando recorríamos el centro de Guadalajara como toda una linda pareja de enamorados, observando el arte callejero. Platicando y planeando una supuesta vida juntos. Las horas que pasamos juntos varias noches, platicando hasta el amanecer. Aquella maravillosa noche en el hotel, en la azotea, tomando y platicando con un amigo; como pasamos el tiempo juntos, queriéndonos tanto. Como hicimos esa noche el amor, como se “moría” como ella dice cuando tiene un orgasmo. Recuerdo su calor, tan reconfortante. El sabor de sus besos, únicos. Su larga cabellera abrazándome cuando hacíamos el amor y ella estaba sobre mí. El perfume de su aroma, penetrante y sublime. Me reanimaba cual droga. Tantos y tantos recuerdos juntos. “Gracias por venir” me decía, sonreía y me besaba. Sus abrazos, de los pocos que me dan paz. Salí de ahí y pensé: Es bueno ver que será feliz. Ya en casa, mientras observaba desde la ventana mis cactus crecer, una de mis amantes me dijo: ¿Qué piensas? ¿Qué tienes? Estás extremadamente deprimido y me preocupa. Le dije: Perdí a la musa más importante del harén. Creo que de verdad ya no hay nada que me motive o inspire a vivir. Se quedó callada un momento, asintió con la cabeza y me dijo, con dolor en su voz: Ella siempre fue importante para ti…Cuídate y adiós. Espero la recuperes algún día. Así salió un día de la casa y no volvió…nunca supe más de ella. Y yo ahí, nutriendo mi melancolía observando unos cactus. Así perdí a mi musa, la más importante de todas. Poco a poco mis demás amantes se fueron, me dejaron al ver que no había quien pudiera revertir esa melancolía. Se fastidiaron de ver que no hacía nada por vivir. No queda nada en esta casa, varias amantes se llevaron cosas, libros, ropa, dinero, muebles, cuadros, etc. Me verás ahí sentado pegado a la ventana observando unos cactus a los que de vez en vez les vierto agua, rodeado de paredes vacías con la pintura carcomida y un sólo mueble, una base de cama y su colchón. Pero estoy bien pienso: Ella es feliz y me sonrío a mí mismo, como diciéndome ves, si ella es feliz, tú puedes ser feliz por ella. Quizá algún día volvamos a escribir, quizá nos inspire diferente ahora que sabemos que es feliz.
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