Una Mujer De Ensueño
Publicado en Oct 19, 2013
Una mujer de ensueño
En medio de la selva misionera, entre los miles de árboles y animales que habitan aquella tierra rojiza, donde los viajes se vuelven aventuras. Había un pequeño rancho donde según una historia que pasó de generación en generación entre los antiguos habitantes, habitaba una mujer que podía hacer realidad los sueños de quien la visitará. Sin embargo nadie hasta ahora había podido comprobar si esto era cierto, por esto aquello era solo una creencia antigua. Sueñolada ese era su nombre, con su belleza y simpatía embellecía aún más aquel paisaje. Se decía que una vez que hacía realidad un sueño, registraba este en un libro que guardado como un tesoro tenía miles de páginas y nada lo deterioraba. Al anochecer recibía a los aspirantes a este hermoso suceso y llevándolos al nacimiento de las cataratas tocándoles la cabeza hacía realidad sus sueños más profundos y que nunca habían podido hacer realidad. Una tarde, una joven cuyo nombre era Micaela, llegó a la selva en una excursión con su facultad. Mientras caminaba y se adentraba cada vez más en ese paisaje cálido y húmedo una nota que no esperaba encontrar en medio de tantos árboles apareció, flameando había caído al lado de una piedra para nada común. Mientras el sol calentaba e iluminaba aquel camino peligroso, pero al mismo tiempo maravilloso por la diversidad de colores que tenían aquellos vegetales perfumados que embriagaban la vista. La curiosidad que sintió la niña hacia aquel escrito hizo que varias interesantes preguntas rondaran por su mente. Que era eso, que le querían decir, porque a ella. Flexionando sus piernas pudo levantar aquel escrito misterioso y con la luz de aquel brillante sol leyó Si quieres hacer realidad ese sueño difícil, busca en este paisaje a un ser que lo hará posible. Busca el camino que te llevará a él, te sorprenderá y no te olvidarás nunca de lo que te hizo vivir, suerte Aquel sueño de encontrar a esa alma gemela había estado siempre entre sus anhelos más importantes. Por esto decidió buscar aquel ser con las intenciones de hacerlo realidad, por esto, vislumbro con sus grandes y hermosos ojos verdes todo aquel paisaje en busca de algo que le diera pistas hacia donde buscarlo, pero nada encontró. Hasta que detrás de una fila de pinos., algo muy curioso ocurrió, estos se desplazaron hacia el oeste y un misterioso y largo camino desprovisto de vegetales se abrío frente a sus ojos. La sorpresa ante ese fenómeno invadió su alma y espíritu. Sospechando que estaba cerca de su tan ansiado sueño, gruesas lágrimas resbalaron por su rostro, las comisuras de sus labios se contrajeron en un gesto difícil de olvidar para quien la viera, nada la detendría sus piernas anduvieron aquel sendero, mientras las nubes se reunían en ese cielo iluminado y cálido, además de los miles de aves que se preparaban para alimentarse y dormir en las copas de aquellos árboles que padecía que tocaban las nubes. Cuando termino aquel camino tan especial, algo sorprendente ocurrió, el tiempo se detuvo, padecía que nada continuaba con su ritmo normal. Mientras sus narices percibían un perfume muy especial, ninguno de los vegetales que habían crecido en aquel paisaje lo emitía. Algo en sus adentros le dijo que estaba cerca de su cometido, la emoción le invadió y no pudo continuar nuevas lágrimas surcaron su pequeño rostro. Respirando hondo continuo recorriendo aquel corto sendero que la separaba de su sueño. Un pequeño y humilde rancho se acercaba a los ojos de la joven, vivía allí quien le haría realidad su anhelo más importante o era de un antiguo aborigen que había sobrevivido de la conquista española. Esa pregunta voló por su mente como las hojas lo hacen por el viento, al acercarse aún más con sus piernas, aquellas puertas humildes y de aspecto antiguo se abrieron, una hermosa mujer de tez clara, ojos azules como el agua y una expresión simpática y alegre la miró a los ojos y haciendo un gesto para que la acompañara. Juntas iniciaron un pequeño viaje a pie hacia las profundidades de la selva, mientras el sol se iba ocultando cada vez más, la oscuridad invadió aquel lugar. La mujer luego de tocarle la cabeza cariñosamente a la niña, escribió en un gran tomo el sueño que cumpliría en unos pocos minutos. Cuando ya estaban llegando al nacimiento de las cataratas, puso una vez más su mano sobre el largo y rubio cabello de Micaela. Un calor agradable que la joven nunca había sentido corrió por aquel cuerpo pequeño y cansado por la larga caminata que había dado, mientras grandes cantidades de agua caían en ese espectáculo que la distrajo de lo que iba a ocurrir en solo unos segundos. De entre los vegetales de aquel bioma tan conocido, apareció un apuesto joven de ojos azules, cuya edad era similar a la de ella, y que unió sus labios con los de ella. La mujer mirando aquel espectáculo amoroso y único escribió en un gran tomo el sueño que se había llevado a cabo hace unos pocos minutos. Mientras la alegría brotaba de su ser como el agua lo hace de los manantiales, gruesas lágrimas corrían por aquel rostro, nada arruinaba aquel momento de amor y cariño que juntos estaban viviendo. Mientras los animales nocturnos y los árboles presenciaban ese momento que nada borraría de sus mentes. Un noviazgo comenzó entre ellos sin que ninguno de los dos se lo esperara. Aquella noche ambos durmieron en aquel rancho donde el sueño de ambos se había hecho realidad, como había ocurrido eso, como era posible que aquella mujer tan divina en su carácter fuera capaz de hacer realidad sueños. Esas preguntas vivirán por siempre en sus mentes, nada padecía poder responderlas. Al día siguiente cuando el sol ilumino aquella selva y calentó aquella tierra húmeda agradeciéndole a aquella mujer tan especial, regresaron a su ciudad natal, donde aquel suceso se convirtió en un recuerdo inolvidable, y una enseñanza se esculpió en sus mentes como si fueran rocas. Es posible hacer realidad los sueños que tenemos y siempre habrá un ser que con su amor y cariño los hará más simples y agradables.
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MARIA VALLEJO D.
Hermosa historia con enseñanzas.
Los sueños pueden realizarse, todo depende del deseo que le pongàmos. segundo,el amor que damos y luego recibimos.
Saludos