Lidia
Publicado en Oct 25, 2013
Lidia.
Capítulo 1: Una rosa que iba creciendo entre llantos. Quién me puede explicar porque la vida no es justa, sin duda deben estar pensando que el protagonista de esta historia soy yo, pero se han equivocado, en quién recae este papel es mi prima, ¿pero quién es ella?, es el silencio de su vida, siento un verdadero aprecio hacia ella, nació una calurosa tarde y parecía que sus padres vivían una bella historia de amor, pero se sabe bien que todo lo que está arriba en un instante desciende y se puede llegar a perder completamente de nuestros corazones por ejemplo el amor que sube y muchas veces cae y queda enterrado en los recuerdos de nuestra alma. Entre silenciosos llantos mi prima sufría en la separación de sus padres, por razones que solamente ellos saben, ¿pero qué paso con el fruto de un amor que no fructífero? Limito su semana a pasarla entre su madre enferma gravemente y su padre desconsiderado después de abandonarlas. Nadie vio que sufría, nadie vio que lloraba y se estremecía de pena por dentro. Capítulo 2: La jovencita con el corazón de acero. Un día despertó ya era una joven, pero aún se sentía prisionera de la vida de otros y cautiva de la suya. Su padre llevaba una vida de puros bajos y quizás por la razón de estar lejos de su hija se refugió en el alcohol, en el tabaco y en la promiscuidad, ya que él era demasiado hombre para llorar y para pedirles perdón a quién fue su gran amor y a su hija quien fuese los ojos de su vida. Dios silencioso clamaba que necesitaba a su madre en su reino, pero su madre sentada en una silla de ruedas y tapada con un cálido chal, luchaba por no irse del lado de su amada hija, luchaba contra un cáncer terminal. Toda canción puede traer consigo un sentimiento y todos sentimientos un recuerdo, aún la veo y recuerdo sentada en su banco con la mirada perdida en el horizonte, simplemente tatareaba una canción a cuya melodía se asemejaba a las canciones de cuna que sus padre le cantaba, desde sus ojos dulces cayo una gota salada. Ninguna vio que lloraba, pero ella se sintió que lloraba. -oye primo, tú que viste a mis padres juntos, ¿eran felices?- clame -claro que lo eran Lidia, te tenían a ti, luego de una pausa clamé manteniendo la cabeza agachada. -Entonces primo, ¿por qué se separaron? Bajó la cabeza sin responder, seguro ni él sabía su cara lo reflejaba. Esta muy claro que la homofobia y la poca tolerancia a la libertad sexual es un mal mundial, un ejemplo claro es mi tío, lector debes estar pensando o diciendo como puede ser aquello posible pero así es, tiene repelencia a su propia hija, por una razón estúpida, por una razón que él cree valida, por la razón que Lidia es lesbiana. -Mira, María de aquí en adelante no te voy a dar ni un solo permiso por tu hija clamo mi tío que iba a dar un paseo donde ellas y después desaparecía en el abismo de mil años. -También es tu hija-grito mi tía con cólera -dejo de serlo cuando perdió el celular que le había regalado dijo el hombre cegado por su orgullo -Eso es estúpido, está bien claro que te importa lo material más que tu propia hija. -mejor me voy, contigo no se puede hablar. -Vete es lo que mejor haces, alcohólico del diablo. Capítulo 3 Las matemáticas una ciencia difícil. Para todos hay un ramo que nos cuesta más que otros, para ella es matemáticas, ramo que para mí es fácil, por lo cual me pidió ayuda. Llovía cuando ambos llegamos a mi casa, cuando gire la manilla, junto a la escalera estaba mi hermano quién esta pronto a cumplir 2 años, vi la expresión del rostro de mi prima, no sabía cómo tratarlo, no sabía cómo tratar un niño pequeño ya que como la trataron a ella era algo deducible. Capítulo 4 Platos sucios al igual que mi horrendo corazón. -¡Lidia!-grito l mi madre desesperada -Dime mamita. -¿Acaso este plato está limpio?, ¿acaso no ves la mancha de la esquina? -Lo siento madre. -Na´ de lo siento, partiste a lavarlo. Recuerdo que tome el plato y comencé a refregarlo en el fregadero, y cuando creí que mi madre me dejaba sola, tomo una varilla y me comenzó a golpear mi espalda, mi remera amarilla quedo empapada de pura sangre, todos los días era la esclava de mi propia madre, que si bien era buena persona me trataba mal pese a su cariño y enfermedad. Capítulo 5: Dibujos mágicos. -Oye, Karina ¿fuiste a ver a Lidia a la casa a su amiga donde se está quedando supuestamente por unos trabajos como te encargue?- Clamo mi tía -Sí está bien me mostro unos dibujos. -¿Y cómo eran? -Eran unos dibujos muy especiales comadre- Clamó Karina -¿Pero cómo son? -Eran comics comadre. _ ¿Y de qué trataban? -Su comics trataban, sobre dos chicos que mantenían relaciones homosexuales, es un poco raro, ¿no crees? -No para mí no, al no tener una figura paterna busca cosas que se acerquen a aquello. Capítulo 5: Cruzando a otra vida. El aire del día esta algo nostálgico, tengo el mal presentimiento de algo. Iba caminando por la calle 21 de mayo, y llevaba un cigarrillo de pureza original el cuál lo prendí y empecé a hechar humitos, ¿qué sería de Lidia?, hace tiempo no sabía de ella. Vengo recién llegando de Talcahuano apenas, y no he ido aún a casa a preguntar por la familia y sobre todo por Lidia, la incertidumbre de saber qué novedades había me hacia caminar hacía ella. Y así fue como me dirigí a casa, iba caminando y de repente vi a Lidia, Dios está más grande mi niña, ella iba cruzando. Quede atónito simplemente la observe, y ví que tenía un ojo morado que pena que sentí aún seguía siendo una esclava. Corrí para alcanzarla, pero de pronto mis pupilas quedaron en shock, un auto negro como el color de la muerte venía a una velocidad poco prudente y Lidia parecía caminar en cámara lenta y en un instante cruzaba hacia otra vida. Capítulo 6: Las almas buenas retornan de donde venían y empiezan los lamentos en la tierra. Lidia había dejado de ser una esclava, dejo de existir, Lidia subió al cielo como el Ángel que era. El día de su funeral sentí mucha tristeza, pero a la vez sentía alegría Lidia ya no sufriría más, ya Lidia no sufriría más. Con respecto a mis Tíos le hicieron una bella tumba, y cada día después del funeral lloraban juntos sus penas, él prometió cambiar y ella con poco tiempo de vida prometió subir al cielo y pedir disculpas de parte de los dos por su falta de inconsciencia, su falta de cariño, su falta de apreciar el regalo que Dios les había dado. Con respecto a mí desaparecí en el viento diciendo, Lidia vivirás en el corazón de todos.
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Gesc