El problema de HALLOWEEN.
Publicado en Nov 02, 2013
EL PROBLEMA NO ES QUE HALLOWEEN sea una celebración extranjera, tienen razón al decir lo de Papa Noél, el Ratón Pérez, el mismo Jesús, etc., sino la esencia de su celebración; el 'por qué' de sus festejos, es el problema que nos hace ruido a los cristianos (o que tendría que hacer ruido a la mayoría). Si bien hoy día ya no se "festeja" con la intención que tenía hace unos siglos, aún queda en el fondo la esencia de su celebración. Puede ser divertido, gracioso y hasta pegadizo juntarnos en una casa, hacer una 'joda' con la temática "de brujas" y demás; pero, ¿acaso uno repetiría, aunque fuese gracioso, un hecho que no es digno de recuerdo? Debemos saber que nuestra vida está plagada de signos y símbolos, que reflejan nuestro comportamiento, nuestra moral y nuestra fe. El 31 de Agosto, como "Fiesta de los Muertos", ya lo celebraban los celtas del Norte de Europa, desde el siglo VI a.C., en donde marcaban el fin del verano y de las cosechas, para entrar en el tiempo de la muerte y la oscuridad; creían que el dios de la Muerte dejaba a los muertos volver a la vida por esa noche. Algunas almas de los muertos que se celebraban esa noche, según los celtas, estaban atrapados en algunos seres y se los "liberaba" por medio de sacrificios de animales, incluso sacrificios HUMANOS. Para 'escapar' de los demonios que rondaban esa noche se hacían hogueras gigantescas, se preparaba comida y se vestían como monstruos para asemejarse a los espíritus malignos. Cuando llegaron los cristianos y realizaron la evangelización a esos pueblos, muchos no se convirtieron totalmente y siguieron manteniendo esos ritos paganos; cuando la Iglesia puso el 1º de Noviembre la Fiesta de Todos los Santos (en donde se suele prender velas blancas y pedir a los santos que los libre de todos los "males" que se hicieron la noche anterior), los pueblos paganos confundieron esta fecha con la de los muertos y en vez de recordar la vida de los antepasados santos, siguieron con el miedo de las supersticiones.
Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween a los EE.UU. y de ahí se desplazó a casi todo el mundo. En el viejo inglés, Halloween, no es más que "la víspera Santa", es decir la noche antes del día de los Santos. Hoy en día el "disfrazarse" y participar de estas fiestas trae consigo muchas cosas "ocultas" que, en esta sociedad, pasan como algo "que hacen todos" (interpretese como quiera). Lo más triste es que, con el avance de la vergüenza moderna, los disfraces traen impregnado "insultos" a la Iglesia de Cristo y ofenden a Dios. En esta noche, se aprovecha además, se realizan actos de oscurantismo y hasta asesinatos y tantas locuras que se les pueda imaginar... ¡No es solo un "juego"! ¡Y cuántos son los cristianos que, por curiosidad, caen en el juego de las artes oscuras! Algunas alternativas cristianas (pienso, si a penas van a misa... jaja) es celebrar el día de todos los santos, disfrazándose del santo favorito e ir casa por casa cantando y pidiendo limosna por las ánimas del purgatorio y los difuntos (2 de noviembre); además de ir a la MISA DE TODOS LOS SANTOS y recordar que podemos ser y estamos llamados a ser LUZ EN LAS TINIEBLAS LLEGANDO A LA SANTIDAD. ¡Feliz noche de todos los santos! Mi Santo favorito: ¡San Agustín! jaja.. Aprovecho para recordar eso, "el aguijón de la muerte, es el pecado".
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