El pequeo mundo de las hormigas
Publicado en Nov 03, 2013
El Pequeño Mundo De las Hormigas
A 2500 metros de altura, en la cima de la colina de hormigola. Existía un mundo donde solo era poblado por seres que son conocidos en el reino de los insectos por ser los únicos animales que trabajan en equipo y no pueden salirse de las ordenes de una reina. En el palacio de hormigondola, su reina y principal gobernante había un antiguo relato escrito en hormigones que decía que un niño humano que no sabía trabajar en grupo visitaría aquel mundo extraño pero al mismo tiempo asombroso por el orden que había y aprendería algo muy importante sobre el trabajo en equipo. La incertidumbre por cuando se haría realidad aquel relato histórico y que había pasado de generación en generación y conocer aquel ser rondaba por aquellas pequeñas pero ingeniosas mentes. Mientras el sol se ocultaba y grandes nubes se avecinaban lo que les decía que no faltaba mucho para que esto se concretara, ya que para ellas que esto ocurriera en medio de un día de sol radiante era indicio que algo cambiaría radicalmente o que iba a ocurrir algo que ellos esperaban con muchas ansias. Cerca de Catamarca había un niño cuyo nombre era Agustín que no sabía trabajar en equipo, siempre en el colegio estaba solo y hacia todo solo. Estaba viajando hacia buenos aires con su familia sin saber que conocería un mundo que lo ayudaría a aprender aquella lección tan importante sobre los grupos. Mientras aquella nave sufría un desperfecto imposible de solucionar por parte del piloto lo que causaría que cayera en picada. Mientras el miedo por la muerte recorría su alma y espíritu. Caía más y más y se acercaba cada vez más a ese mundo donde aquellos seres con una gran expectativa lo esperaban para enseñarle como hacer posible su comunitaria forma de trabajar y los beneficios de esto. La lluvia no paraba un minuto. Pero esto no le sacaba la alegría que aquella visita les causaba. El niño con un golpe seco pero inofensivo toco aquella tierra, donde unos pequeños seres le dieron la bienvenida y con una lengua muy linda de escuchar le dijeron porque había llegado hasta allí Has llegado al mundo de hormigola, donde aprenderás un lección sobre lo que se puede lograr trabajando en equipo, porque por lo que sabemos eres muy solitario a la hora de hacer cualquier cosa, acompáñanos y nosotros te diremos de deberás hacer con nosotros para que nunca más vuelvas a hacer nada solo. Cuando sus pequeños picos terminaron de pronunciar estas palabras, lo condujeron por un camino de plantas de grandes hojas que le servían de alimento. Mientras el sol volvía a salir e invadía aquel firmamento azulado que antes estaba encapotado por esto la temperatura había bajado mucho. Ahora poco a poco iba aumentando, por esto la alegría volvía a sus corazones, nada los entristecía, además aquel relato que había estado años guardado como el mejor secreto se había hecho realidad. En medio de aquel camino un papel flameando cayó en los márgenes debajo de dos grandes plantas. Una de las obreras que lo acompañaban lo levanto y en hormigones su idioma leyó, aquella misión que le permitiría a Agustín adquirir aquel conocimiento que le permitiría salir de aquella soledad triste. Deberás traer del bosque de hormigola, un gran cargamento de hojas que le servirán de alimento a toda la colonia durante el invierno, todos te ayudarán, rápidamente, se te recompensará.. Leído esto, él y sus nuevas y pequeñas amigas lo acompañaron por aquel camino para llevar a cabo aquella misión que le cambiaría la vida. El sol comenzaba a ocultarse, poco a poco la luz comenzaba a disminuir, sin embargo ellos no se detendrían ni la lluvia incesante y torrencial los separaría de aquel objetivo difícil pero posible si todos se comprometían. Más y más vegetales de hojas extrañas pero de colores conocidos aparecían delante mientras un bosque que se destacaba por sus vegetales perfumados se observaba por delante de sus cabezas. Aquella aparición a lo lejos provocó que una gran alegría por poder cumplir con su cometido rondara por su alma y espíritu. Por esto gruesas lágrimas surcaran su rostro que miraba aquel mundo con sorpresa por su gran belleza y por la colaboración que había entre sus pobladores. De repente aquel camino se volvió un verdadero desafío ya que una inclinación se hizo presente en medio de aquel sendero, como lo pasarían si además de hacerse cuesta arriba, El camino se había vuelto mucho más angosto, y eran demasiadas obreras que debían pasarla. La única forma de avanzar era haciendo una gran fila y así subirla de a poco, pero implicaría aumentar la cantidad que tenía que llevar cada uno, ya que tenían un límite de tiempo para hacerlo y avanzar les llevarían más tiempo. Pero serían capaces de llevar tanto, aquella pregunta interesante pero intrigante al mismo tiempo circulaba por sus mentes como la sangre lo hace por las venas del cuerpo. Como el compromiso que tenían con el objetivo era mayor que ninguna otra cosa todos cooperaron para hacer eso posible a pesar de todo. Para ayudar a hacerlo más rápido, Agustín decidió llevar algunas en sus hombros. Esto aligero la marcha y poco a poco llegaron al bosque de Hormigola, donde grandes plantas los esperaban para servirles de alimento. El gran ejército de insectos y el niño atravesaron aquel tupido bioma, mientras lo hacían el sol a volvía ocupar aquel cielo imponente y les ayudaba iluminándole aquel lugar donde miles de amigos y especies animales les daban la bienvenida con canticos. Al atravesar aquella entrada, treparon las plantas más altas y aprovisionaron de grandes cantidades de hojas. Agustín también ayudo con sus pequeñas manos cortando pequeñas ramas y separándolas del follaje, que guardo en grandes bolsas que estaban allí esperando ser llenadas para guardar aquel vivere tan importante para el invierno. Al terminar todos juntos se dirigieron a donde ellas se quedaban luego de un largo día de buscar alimento en aquel bosque, donde el perfume de las especies más lindas las embriagaba y les dificultaba el trabajo. Haber cumplido aquel difícil objetivo, hizo que Agustín aprendiera una lección que se grabó en su mente como si este fuera madera tallada. Cuando se trabaja en equipo todo es más fácil y lo imposible su vuelve algo realizable. Mientras ellas lo ayudaban con su objetivo una hermosa amistad se forjo entre él y esas pequeñas hormigas que siempre lo llenaban de curiosidad cuando estaba en su patio jugando por esto siempre las miraba como si fueran seres maravillosos. Agradecido con ellas por su ayuda y por su hermosa enseñanza. Decidió quedarse a vivir allí, donde nunca más iba a estar solo, acompañándolas de nuevo a ese mundo pequeño que le parecía fascinante, donde casualmente había llegado. Finaliza este historia de encuentro entre seres humanos e insectos pequeños pero muy sabios.
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