He sentido al diablo mírandome de frente
y la vírgen como una histérica con la cabeza gacha buscaba el infinito en el suelo.
 
He sentido el pelo contra mi espalda en una ráfaga desprendida
y un escalofrío dentro de mis ojos se ha transformado en cuadrados y fuegos artificiales.
 
Vírgen santísima que estrujas mi corazón
que entre tus dedos se escurren nervios y latidos,
atraviesame el pecho con un hierro
y aferrame a un suelo frío,
a una baldosa helada.
 
Con la cabeza encintada,
me pellizco las costillas,
mi Dios me da el don de no sentir dolor,
ellos saben que sufro, como cualquier otro.
 
Ahora sílbo como un imbécil,
y cristo me mira como tal,
tiento a Dios con la indecencia,
aniquilo gatitos indiscriminadamente.
 
Componiendo esta obra magistral,
he hablado ebreo antiguo incoscientemente,
las cariótides saben quien soy
y Calígula me saludó amablemente,
no lo reconocí de primeras.
 
Clamo, no sangro,
ya no como.
Bueno, odio, sí, amo el odio
y a los niños grandes que aman la vida,
como los leones que ya prometían.
 
Creí y superé la creencia,
he visto el Sol, apagado ya,
y las flores siguen floreciendo
y los árboles crecen más que nunca.
 
La armonía absorvió mi voluntad
mi apetito aborreció en el orden,
los hippies y sus billetes  ganaron,
 el mundo se vino abajo.
 
NO, NO, yo no caigo
¿por qué?
que me quemen como al palo de San Juan,
que me derriben, ceniza y tierra encima.
 
¿ me besan en el cielo?
yo no veo nada y no estoy ciego.
 
-¿qué tal su vida?- me preguntan.
-Estuvo bien-
(pero ella no conoció el fluido de mi polla;
sus pómulos se metían hacia dentro cuando sorbía mi capullo
pero el sexo no era eso, lo hizo mal,
ella pensába que lo sabía todo la muy puta.)
 
Más tarde se comió un pastel en mal estado
y su indigestión  nos dió una forma de matar el rato ,
con los tropezones de su vómito jugábamos y nos divertíamos por las tardes.
 
La verdad es que el tiempo me machacó sobremanera,
y la muerte explícamela
y la vida no la entiendo, jajajaajja
tus ojos... totalmente incomprensibles.