El Guerrero y La Princesa
Publicado en Nov 22, 2013
Caminando en firmeza estaba. Como guerrero después de haber peleado la más grande de sus batallas. Una y otra pelea había librado. Pero la más sangrienta de todas aun vibraba en lo profundo de su espíritu. Era un guerrero que no temía a los hombres. Este guerrero no teme la muerte porque ya la venció una vez por todas. Ha estado en muchos lugares y ha visto muchas cosas. Ha visto niños con hambre y eso ha endurecido su corazón en lugar de ablandarlo. Muchos han tratado de derrotar a este valiente guerrero. Nadie entiende su forma de pelear pues aun no está la espada en su mano y sus adversarios tiemblan con su mirada. Las hazañas más inimaginables a hecho sin que nadie viera. Este guerrero aprendió la sutileza de su maestro. Desde pequeño nadie sabe cómo fue entrenado para resistir los golpes de la vida. Desde muy pequeño el precio para tal fortaleza, fue la de ser quebrado. Era golpeado día tras día. Aprendió la importancia de obedecer. Aprendió las consecuencias de no hacerlo. Aprendió que la primera arma que usara el enemigo contra ti es el miedo. Con este tipo de experiencia el guerrero salía a pelear todos los días. Entonces empezaron a crecer de estatura los gigantes. Y las batallas se empezaron hacer más feroces. Empezaba a recibir lo que antes no, heridas. Empezaron a marcar el cuerpo de este guerrero. Algunas tomaban mucho tiempo en sanar, pero al igual que su maestro. El había nacido para pelear. Su sangre hervía al enfrentar un reto. Entonces aprendió que la luz del cuerpo está en los ojos. Y después aprendió que la más grande arma que se puede usar es la del amor. Cuando llego a este conocimiento cambio radicalmente su forma de pelear. Pues el amor ya lo había conquistado a él. Se había enfrentado a la lujuria de varios gigantes, pero al pasar el tiempo no lo podían tener vencido por mucho tiempo. Pero cuando finalmente usaron contra él, el amor. Todo cambio. Soltó su espada contra este gigante que ahora estaba delante de él. Soltó su escudo, soltó su jabalina, soltó su coraza, y finalmente cayo su casco rodando por el piso. Pues esta arma que contra el estaban usando infundía confianza en lo más intimo de su ser. Los movimientos de este gigante no le causaban miedo. Y de repente aquello que era luz alumbro su ser. Y pudo ver que no era un gigante, sino una hermosa princesa la cual lo atraía hacia sí misma. Ella no tenía espada, no tenia casco, no tenia lanza, no tenia coraza, y aun sin todo esto lo desarmo completamente. Ella no conquisto su cuerpo, ella conquisto su alma. Ella no buscaba sus besos, ella buscaba sus palabras. Ella no buscaba su aprobación, ella buscaba su compañía. Ella no quería cambiarlo, ella solo quería abrazarlo. Lagrimas cayeron del guerrero. Lagrimas cayeron de la princesa. Pues ella nunca había conocido a un guerrero como ese. Se le hacía desconocido, pero había algo detrás de toda esa armadura que ella alcanzaba a ver. A él, la intriga también lo consumía. Quien es ella que con solo ser me quebranta. Porque anhelo soltar para siempre esta lucha contra los hombres solo para amarla a ella. Porque tranquiliza su corazón con un, "mi cielo." Porque hace huir su ira con un, "te adoro." Porque, porque, y porque. El guerrero no entendía. Lo único que sabía era que desde ese momento ya no pelearía contra los gigantes. Ahora solo pelearía para conquistar una de sus sonrisas. Ahora pelearía por la felicidad de la princesa. Ahora pelearía solo por el amor que lo conquisto a él. Ahora realmente pelearía.
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