Ahí estaba ella contemplando como aquél individuo de la armadura de cartón vagaba por el mundo tratando de encontrar a alguien que pudiera enamorar.
Ella muy en su interior sabía que aquél que unos cuentos antes se había presentado como su príncipe azul; no era más que un ser que solo le hacía daño. Al que no podía permitir su regreso…
 Pero no hizo caso a la corazonada, lo dejo que volviera, con la armadura hecha trizas y pidiendo un lugar de vuelta a su corazón.
Como era su costumbre ella creyó que con el tiempo esa figura de cartón se haría fuerte, y si bien no cambiaría de material, al menos podría aprender a ser otro que si  demostrará  que la quería.
Pasaba el tiempo y juntos fingían que estaban bien, más sin en cambio ella tenía miedo, porque él la ocultaba ante los ojos de los demás, y a cada paso le infundía un miedo del que ella quería escapar.
Aquella armadura de cartón, había cambiado de material… Valla que cambio; se volvió de un material duro parecido a la roca, pero igual de corrosivo que el metal, hacía daño, mucho daño, el suficiente como para que ella se sintiera aplastada, sin fuerzas para seguir.
Pasaba el tiempo como a cuenta gotas… los días eran eternos y ELLA NO podía MÁS. Así que decidió luchar por sus propios sueños, dejar ir a aquél monstruo que tanto miedo le había dado antes , para ser LIBRE; Entonces decidió salir por fin de ese lugar de fantasía en el cual en algún momento de la había gustado vivir, pero del que hoy por hoy  debía salir.
De aquella armadura no volvió a saber más, soló supo que estaba en lo correcto cuando sentía miedo ante el temido regreso de la armadura de cartón.