La miserable existencia
Publicado en Nov 29, 2013
Floto ingrávido en un impasse del tiempo
en un impasse eterno y sereno floto. Aletean súbitamente entre mis recuerdos alegrías borrosas, cuelga asustado el mérito de una vida digna. En el pecho perdura la angustia de haber contemplado atrocidades inhumanas. Mis piernas se estiran lánguidas en el colchón, tratan de acercarse al subsuelo, mis brazos abiertos buscan un soplo de aire fresco entre la espesura de las malezas. Pero al final, solo encuentro sangre que impregna las paredes transparentes, que se desliza suave entre las rocas ásperas y rugosas, que deja su rastro miserable como el jugo exprimido de un zumo ácido y amargo. Mis elegantes pasos suenan chispeantes en este falso teatro que es el mundo, pasan los años y mi eco sigue resonando en este falso teatro que es el mundo. ¿ Por qué será que mi boca fría y lúgubre dejó estelas de esperanza en las mentes ambiciosas? ¿ Por qué mis palabras tan asqueadas dejaron resquicios de luz en los tímidos y locos? Es costumbre de mi corazón, el provocar heridas múltiples en cuerpos sin cicatrices. Es costumbre de mi corazón, adentrarse en los rincones más oscuros, para así, observar vuestras miradas impasibles, ante un mundo que se escapa, se escapa, se escapa, irremediablemente se escapa.
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