Vida exigua.
Publicado en Dec 03, 2013
La poesía ardiente.
No es la de la pasión, ni la del deseo carnal. Sino de la destrucción, y su puro anhelo reflejado en cada nervio del cuerpo. En cada rincón de la mente. En cada sombra de muerte. Y aun así a veces la vida sabe a poco. Nunca una muerte fue tan hermosa. Junto con todo el dolor, desapareció la malicia de su corazón. Algunos locos lo llaman amor.
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