Una Profecia de cuatro patas
Publicado en Dec 15, 2013
Una Profecía De Cuatro Patas
Al sur de la provincia de córdoba, vivía una niña no vidente, que no había logrado hacer amigos, y se estaba independizando de sus padres. Agostina ese era su nombre no sabía que encontraría a un ser que la acompañaría por el resto de sus días. Mientras tanto le encantaba salir con su bastón blanco a caminar por el parque de la ciudad sin saber que allí el ser que menos se esperaba se volvería su mejor amigo. Este ser de cuatro patas y hocico creado en un mundo lejano. Vendrá enviado especialmente a hacerle compañía a esta niña, según una profecía de hace miles de años. El dios perritoslo ha creado estos seres con la intención de mejorar la vida de los humanos, especialmente lo que la necesiten. Luego una fuerte amistad unirá a estos seres de distintas especies y juntos deberán visitar esta tierra. La curiosidad hacia quien creo estos seres tan agradables de esta joven la impulsará a querer conocer este mundo donde la raza camina fue creada. Una tarde cuando el sol se estaba empezando a ocultar. Pequeñas nubes se aproximaban en aquel imponente firmamento, mientras recorría aquel espacio verde, un hermoso labrador de color claro, de pelaje suave, ojos claros y una marca muy curiosa en su lomo se le acerco. Coloco sus patas delanteras en sus piernas, que había ocurrido, quien la había tocado, aquellas preguntas dieron vueltas por su mente sorprendida por aquel suceso inesperado. Estirando sus brazos pudo percatarse de que era un perro el que la había tocado. Un nuevo interrogante difícil de contestar ingreso en su mente. Porque lo había hecho, si no la conocía, mientras aquel animal la llevaba agarrada de su lomo por todo aquel parque. Donde el aroma de la flora embriagaba su olfato y el aire fresco la ayudaba a olvidarse de aquella discapacidad que aunque no lo quiera la hacía sentir distinta. Durante la caminata, un hermoso sentimiento de amistad recorrió y se instaló en las almas de aquellos seres que impediría que se separen. Pero porque se habían hecho amigos, que tenía aquel animal tan maravilloso que no tenían los humanos que ella frecuentaba. Esa pregunta circulo por su sorprendida mente, que estaba obnubilada por aquellos vegetales que poblaban aquel parque que amaba profundamente. Con su tacto busco en el lomo de aquella mascota en busca de alguna pista que la ayude para responder aquella incógnita que le causaba una profunda e insaciable curiosidad. Distinguió Una marca que con forma de hueso en la parte superior de su columna le despertaba aún más inquietud. Que significaba aquel dibujo tan extraño, porque había aparecido en aquella mascota y no en otra. Aquella duda le causaba aún más incógnita de la que ya tenía, la expectativa volaba por su mente como puede ser que ocurriera esto, que tenía aquel perro de especial. Amigohumani, ese era el nombre del animal, como leyéndole el pensamiento en un ladrido que nunca había escuchado la niña le dijo - he sido enviado desde perritus, la tierra de los canes, para hacerme amigo de los humanos que lo necesitan, no importa quién. Como soy muy importante para ti, seré tu amigo por el resto de nuestras vidas, esta tierra que te he nombrado es donde la raza canina ha sido creada, cuando aquel pequeño discurso perruno termino. Como la oscuridad se había apoderado de aquel l atmósfera Amigahumani condujo a su nueva amiga humana a su hogar. Donde dos interesantes preguntas comenzaron a girar a por la mente de Agostina, donde quedaba aquel mundo de perros tan especial, la visitaría algún día o era demasiado lejano como para que alguien como ella pudiera ir. Como buenos amigos que eran, los dos podían saber los deseos que el otro tenía. Por esto Amigohumani con un gruñido bello de escuchar le dijo que la llevaría a aquel mundo lejano para que lo conociera. No importaba la distancia que hubiera entre ellos y aquel lugar tan misterioso que su amiga quería pisar. Cuando el sol volvió a invadir aquel cielo que pequeñas e inofensivas nubes ocupaban. Aquella niña leyéndole el pensamiento a su nuevo amigo de cola pendulante lo montó y juntos emprendieron un viaje por hermosos paisajes que disfrutar la niña no podía pero con su oído podía percibir los cantos de los pájaros que los habitaban. Mientras aquella estrella cálida y brillante aquel camino iluminaba. Montañas, cristalinas aguas, arboles de gran altura se cruzaban en su camino. El sol iba y venía de aquel firmamento celeste y a veces oscuro. Mientras aquel mundo donde los ladridos musicalizaban aquel paisaje se acercaba a aquellas patas que guiaban a esa curiosa niña que un nuevo amigo había hecho .Y que ahora la conducía por lugares que nunca agostina visitar pensó. Una curiosa entrada con forma de hueso se interpuso en el camino de aquellas pisadas. Mientras los ladridos se hacían cada vez más audibles con cada paso que el can daba con sus largos pasos. Miles de patas ocupaban aquel paisaje de vegetación extraña pero agradable para el tacto de aquella pequeña pero curiosa joven. Habían llegado a ese mundo que su amigo visitar prometió o era uno de los miles de paisajes que en su travesía visitarían. Aquella pregunta se había apoderado de su pequeña mente, que quería saber dónde estaban y nada más la preocupaba. Los musicales ladridos confirmaron que su amigo había cumplido con su promesa. Con sus manos percibió aquellos pelajes suaves que protegían a esos seres que con su compañerismo al humano acompañaban, la alegría por haber llegado a esa tierra soñada le circulo por el alma. Grandes lágrimas surcaron su rostro. Mientras el sol comenzaba a ocupar aquel cielo e iluminaba aquel mundo de animales que solo ellos podían ocupar. Una pregunta no la dejaba tranquila. Quien había creado aquel universo de seres tan agradables, que deidad era capaz de lograr aquella armonía que sus oídos eran capaces de percibir. Amigohumani sabiendo la inquietud de su mejor amiga. La llevo por entre aquel camino que las miles de patas y colas habían dejado, para que juntos averiguaran aquel curioso dato que solo en el principal castillo del principal faraón de aquella tierra que allí descubrir podían. Mientras los miles de canes que los rodeaban con sus ladridos le decían a aquel labrador que debía tomar el camino hacia el este, y luego doblar hacia el norte. La alegría invadió todas aquellas almas que se preparaban para ser enviadas a ayudar al humano que lo necesitarán o que una compañía esté buscando. Con su amiga tomada de su lomo con grandes zancadas, comenzó la travesía que los separaban de aquella construcción misteriosa para la niña, ya que según los pequeños ladridos de su amigo era un castillo, pero que hacía una obra así en un mundo de perros, se pregunto la niña mientras aquella construcción se observaba cada vez más cercana por encima de sus cabezas. El sol le permitía distinguirla entre los miles de lomos y patas que aquella comarca perruna albergaba. El terreno subía y bajaba sin cesar, hasta que aquella obra toco las patas de aquella mascota y la niña se percató que habían llegado. Miles de huesos adornaban aquel frente, y una cola pendulante colgaba de aquella puerta con grandes perros de diferentes razas pintadas en la madera. Un hombre que tenía miles de pequeños cachorros bordados en su remera y que sentía un profundo amor por estos animales la abrió llevando consigo más de cuatro ejemplares san Bernardo que no lo dejaban ni sol ni a sombra. Mirando a los ojos a aquel labrador que llevaba consigo aquella niña pequeña que ahora era su mejor amiga comenzó comentando - Han llegado al castillo del faraón perronus, el gobernante de este mundo, donde los ladridos son los únicos sonidos que alberga esta atmósfera, en su sala de elementos históricos se halla un documento antiguo que narra la historia de este universo tan especial, si me acompañan lo conocerán. Los condujo por una escalera que cuando aquel ejemplar toco con sus patas delanteras la distinguió de aquel piso. Por su forma de zigzag, hasta llegar a una entrada que tenía en sus puertas un símbolo muy curioso que hizo que aquel perro tan bonito pusiera sus patas en ella por su amor hacia él. Dos huesos enlazados con un pedazo de carne estaban pintados en la madera de esa abertura. Ambos ingresaron en aquella misteriosa habitación y allí entre unas estanterías donde el polvo se había apoderado de cualquier objeto que estás albergaran apareció un misterioso recipiente que tenía una forma curiosa de bife. Estaba allí oculto aquel documento que las daría aquella información o era algo capaz de confundirlos. Con sus patas delanteras Amigohumani había informado a su amiga sobre aquella aparición interesante e intrigante, aquel pensamiento envolvía su mente al saber esto. Aquel por su gran comunicación sabía lo que aquel can sentía por su amiga y por esto su capacidad de leer su mente, tomo aquel reciente y abriéndolo extrajo una hoja de pergamino deteriorada por el tiempo y la humedad. Desplegando aquella hoja leyó en voz alta Hace ya miles de años, en esta comarca, vivía un dios llamado perritoslo. Conociendo que el hombre estaba solo y sus problemas le complicaban la vida, decidió crear seres que la acompañen y lo ayuden a resolverlos. De ese deseo nacieron estos seres de cuatro patas y hocico que los humanos llaman perros por esto fue bautizado como perritoslo y les dio la capacidad de colaborar con los humanos además la amistad hacia el hombre es su valor más importante. Y bautizo este lugar como dogpolis, ya que aquí solo habitan estos seres, los criados aquí son enviados hacia donde estén los humanos que más lo necesiten. Cada tanto este dios se hace presente en este lugar para visitar a sus animales y les dice a donde deben ir a buscar a su próximo amigo humano. Al finalizar aquella interesante lectura, el asombro invadió el alma de Agostina, como era posible que aquel dios haya decidido crear un ser tan hermoso y al mismo tiempo fuera tan amigo del humano. Una enseñanza se grabó en lo más profundo de aquella sorprendida mente. El perro es el mejor amigo del hombre, no importa que necesite, el estará allí para ayudarlo, además no espera nada a cambio, mientras el sol se iba ocultando aquel día llena de descubrimientos sobre aquel ser de cuatro patas llegaba a su fin. Agostina feliz con su nuevo amigo como no podía quedarse a vivir allí emprendió aquella travesía que los llevaría de vuelta a casa, guiada por aquel ser dispuesto a ayudarla en todo.
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