Se acerca el domingo
Publicado en Sep 04, 2009
Se acerca el domingo veraniego
día en que mi libertad se hace continua. Me pongo el calzado y olvido mi linaje y salgo a andar por vinculantes bulevares llevando un vasito de ciruelas y cerezas. Es un día con sus propios colores y su música en que la amargura tiende a desaterirse y darle lugar al gozo y la comparsa. Charlo con mis amigos, contemplo a los orfebres. Voy por galerías ciudadanas y vastas. Pero a veces me pierdo por un segundo: Subo por las terrazas de mi humilde estamento y llego hasta el altiplano de mis pensamientos prófugos. Toco mis ideas y las ideas de los otros. Siento que palpo lo intangible y lo inimaginable. Veo los conceptos y entiendo los preceptos. Marcho hasta las esquinas de mis mandamientos y tomo consejos de mis incontables equívocos. Veo los resúmenes hermosos que redactó mi mente y entiendo que he vivido aunque sea un poco. Siento un gran respeto por mis convicciones y marcho por el laberinto de la cavilación. Toco las raíces exactas de mi filosofía y oigo algunas conversaciones que tuve en la niñez. Noto que discretamente algo he madurado aunque mantengo muchas de mis inseguridades. Me observo, me contengo y me marcho. Vuelven otra vez mis ojos a mi rostro y mis piernas a su alegre andanza. Veo respetos seculares y peleas sin pompa y oigo los disparates de huelepegas descalzados. Algunos andan en andrajos y yo en jeans. Pasó por un café concurrido a jugar ajedrez y veo que los alfiles no son pánfilos cualquiera y que los peones se comen todavía a las Damas. También hay mesitas donde jugar al parchís y tablones para incendiar con los cigarros. En los lobbies de los hoteles rezumantes seguro hay hombres en ásperas convenciones. Yo voy en mis sencillos zapatos deportivos observando marchas y contramarchas. Aunque a veces acudo a los cementerios a colocarle rosas a mis seres queridos.
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Richard Albacete
UN GRAN SALUDO A TODOS RICHARD