HANCOCK (Resea)
Publicado en Dec 24, 2013
Desde su nacimiento a finales de la década de los 30, el concepto de "superhéroe" ha evolucionado y ganado peso en la cultura popular y en la ficción en general. Tal es su lugar en nuestra cultura, que hoy en día, las películas con este tipo de personajes como protagonistas se convierten en éxitos instantáneos y recaudan buenas sumas en sus primeros días de exhibición. Sin embargo, ese boom de los superhéroes dentro de la pantalla de plata se ha dado desde finales de la década pasada, y siendo siempre las películas basadas en historietas de DC comics y Marvel las más populares.
Hancock es una película, que, naturalmente, fue opacada por Marvel y DC; no obstante, su trama expone una propuesta interesante: un superhéroe alcohólico y cínico que a pesar de sus acciones heroicas, es odiado por todos. Desde el inicio de la filme, uno no puede evitar pensar en el sin fin de posibilidades que pueden girar alrededor de la trama. Desafortunadamente para el que pretende encontrarse referencias, o alguna satirización de superhéroes reconocidos, la acción de llevar a cabo tantas posibilidades se realizó a medias, dado que, poco después de la mitad de la película, el enfoque se pierde y toda la trama se desvía por un camino plagado de disparates. El largometraje comienza muy bien. No pierde el tiempo en largas y tediosas introducciones, de manera casi inmediata se presenta al protagonista (actuado por Will Smith) y aprendemos más de él conforme avanza la trama. Es apropiado felicitar al guionista, Vincent Ngo, pues la mayoría de los personajes fueron desarrollados de buena manera; eso es una cualidad que es escasa en el cine hoy día. La buena ejecución actoral del reparto también se hace notar y no solo de parte del ex-príncipe de Bel-Air. Pero lo que realmente atrapa y mantiene a la audiencia al pendiente de la película (cuyo tercer acto se asemeja a un ensayo de tarea realizado cinco minutos antes de que empiece la clase) es la construcción de nuestro personaje principal. Smith hace un trabajo soberbio en cada una de sus escenas y consigue capturar la emoción primordial que define a John Hancock; un ejemplo más que claro de lo anterior es la escena en que una mujer trata, de manera desesperada, tener relaciones con el superhumano. Dejando muy de lado el hecho de que la escena responde a la hilarante pregunta hipotética, ¿Qué pasa cuando Superman tiene sexo?, deja completamente expuesto a Hancock; la música, los planos y la actuación de Smith facilitan el apreciar el verdadero carácter del personaje, la soledad de la que sufre y el porqué de su actitud bañada de whiskey y cinismo. Para desgracia del buen manejo del psique del protagonista de este filme, justo después del momento en que todo el trabajo de los dos primeros actos comienza a florecer, y se abre un mar de posibilidades para el desarrollo conjunto de la trama y los personajes, aparece un tercer acto que deja de tomar en cuenta lo ocurrido con anterioridad para crear una pseudo-explicación sobre el origen de la especie de Hancock. Casi parece que, a la mitad del guión, a Ngo su colega Vince Gilligan se les agotaron las ideas. Se me podrá argüir que tal vez no haya estado mal hecho del todo, pero se tuvo la oportunidad de seguir la línea narrativa de Hancock aprendiendo a ser un buen superhéroe. Se perdió un enfoque perfecto para el tono de la película y se tomó uno que carecía de sentido; es tal vez por esto que la película no pudo sobresalir entre los colosos de Marvel y DC. Hancock realiza un trabajo estupendo al introducir su historia, pero uno muy pobre al tratar de dar un cierre a la misma. A fin de cuentas, es una buena película para ver algún domingo que no se tenga mucho que hacer. Calificación: 5.5/10
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