Después de mucho insistir, dos o tres veces le hice la solicitud, mi entrevistado accedió a esta entrevista que a continuación comparto con ustedes. Acudí al sitio donde me citó, lugar en donde por cierto, muy pocos pueden ser aceptados. A exigencia expresa del mismo, el de la voz omitirá en todo momento y bajo cualquier circunstancia, exponer la identidad del entrevistado. Porque la única razón por lo que fue concedida, a decir de él, es la proclividad que tiene por rendirle culto a la palabra. En justa reciprocidad, seré discreto, omiso en manifestarme con tal o cual nombre o pronombre, simplemente, expondré la pregunta que corresponda.

— ¿Cuáles considera los dos peores momento de su vida?
Entrevistado: — ¡Cuando nací y cuando muera! —

¿Y los mejores?
Entrevistado: —También, cuando nací y cuando muera—


¡No entiendo!
Entrevistado: —No hace falta—

Por favor, defina la vida en pocas palabras.
Entrevistado: —Ambigüedad.

Amor.
Entrevistado: —Locura—

Locura.
Entrevistado: —Amor—

¿Es un juego de palabras?
Entrevistado: —No, considérelo como antónimos. Los opuestos se complementan.

Entonces, ¿el odio?
Entrevistado: —Eso es masoquismo, miseria moral— —Porque el odio sólo se anida en los corazones mediocres—  —Nadie odia por amor, se odia porque se es un miserable.

¿Qué piensa del castigo divino?
Entrevistado: —Si existiera eso del castigo divino, se debe considerar que a ese castigo le correspondería un juicio previo—  —Y el juicio de Dios sólo sería confiable si lo interpreta el acusado.

Entonces, ¿la culpa?
Entrevistado:   —Es una carga optativa, que sólo los pendejos se atreven a llevar.

¿Es usted pesimista?
Entrevistado: —Estoy con William George Ward, cuando decía: “El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas” Ahora mismo, veo el reloj y me doy cuenta que sólo le quedan unos minutos de entrevista.

Tiene usted razón, tres preguntas más y terminamos.  ¿Qué nos puede decir del miedo, del sexo y la lujuria?

 
Entrevistado: —El miedo es parte de la condición humana, “El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.” 
— El amor es emoción y el sexo, acción.  Esto lo dijo Madonna y estoy de acuerdo. En cuanto a la lujuria…  es el complemento diabólico del amor a la prójima.

¿Hay algún gran deseo que quisiera realizar y no pueda?
Entrevistado: — ¡Volver a nacer!

¿Para qué?
Entrevistado: —Para saber de lo que se trata cuando vuelva a morir.

¿Existe algún gran error que haya cometido en la vida que le gustaría no volver a repetir?
Entrevistado: — ¡Claro, haber concedido esta entrevista! ¡No lo haré jamás! Al menos en las  próximas veinticuatro horas…
 
 
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El soliloquio fue interrumpido cuando un hombre de gran estatura, de aspecto feroz y cuerpo fornido, lo tomó por los brazos al momento que le decía: —Vamos señor López, es hora de su sesión de electroshocks.