La fatalidad no es encontrarte sólo, sino la simpleza de encontrarte, de comprobar que no eres más que la mezcla de tus propios errores y aciertos.
Hallar la certeza de los imposibles incrustados en nuestros días, los nuncas realizados a falta de conciencia.
Giras y no eres la persona que crees que deberías ser. Sólo estás aquí, mirando un montón de jeroglíficos, unas cuantas fugaces imágenes y leyendo historias que aún no se ejecutan.
Puedo mencionar un engaño y una verdad, pero realmente ¿alguien sabe distinguir entre ambas?
¿Cuántas veces la percepción de una mentira la disfrazamos de verdad, o viceversa?
 
Esas son mis fatalidades; el exilio de mi mente de mi cuerpo. El insomnio acompañado de ilusiones.