UNA HISTORIA DE LA LUNA Y EL SOL
Publicado en Jan 20, 2014
HISTORIA DE LA LUNA Y EL SOL
1 Asomaba la luna coqueta y vanidosa Queriendo conquistar a su amado sol, Resaltaba sus cráteres con roja pintura Y sus mares con maravilloso tono azul Aparecía el sol visiblemente enojado Mandaba rayos con fuerza enloquecida Fruncía su frente ante la luna con hastío Y en la tarde enrojecido se ocultaba. Otra vez asomaba la coqueta luna, Pequeñas nubes adornaban su cabeza, Se pavoneaba aquí y allá Queriendo conquistar a su amado sol Se colocaba aretes y al espejo se miraba, Su alma enamorada sonreía esperanzada, Creyendo que su amado sol la amaba Pero el sol ni la determinaba. Triste la luna, sus aretes se quitaba Sus nubecitas también se las quitaba Desteñía sus cráteres y sus mares, Ya no creía en amores El sol veía menguar la luna. Mucho lamentaba su decadencia, Aunque con ella se mostraba altivo, Su corazón palpitaba conmovido. La pobre luna estaba afligida Y en media luna se convertía, No soportaba tal indiferencia Y pronto, a menguar volvía La luna en su cuarto menguante Dejaba al sol en actitud desesperante Por su notorio cambio, el sol se apagaba Y la fuerza de sus rayos ya no asomaba Entre nubes y tinieblas, el sol se escondía Lloraba por el cambio de la luna Sus lágrimas se convertían en lluvia, Que dispersa y fina, al inmenso mar caía La luna y el sol, ya no se veían Los dos, ya no se podían contemplar Tanto dolor el sol no podía soportar No sabía que ya, los dos se deseaban. Arrepentido el sol, a la luna quiso conquistar Ella en su cuarto creciente se dejaba conquistar El sol ilusionado, a la luna quería calentar Y luego se apagaba dejándose desear La luna seguía creciendo ilusionada Hasta convertirse en media luna, Ella sentía que el sol la amaba Y feliz, en luna llena se quedaba El sol quería casarse con su amada Y ella, emocionada lo aceptaba La tierra, animada, quería ser madrina, Y en eclipse de sol, la pareja se unió. 2 HISTORIA DEL SOL Y LA LUNA EN SU VIAJE DE BODAS Una fría mañana, las nubes amenazaban llanto de dolor por la triste historia del sol y la luna, quienes en eclipse de sol habían unido sus vidas y se habían alejado del planeta Tierra, para gozar su luna de miel, viajando por los planetas Venus, Júpiter, Saturno, Mercurio y otros planetas, sin que tantos anhelos fueran posibles por tan largas distancias. Era más cercano viajar hacia el planeta Marte. No siendo completa la felicidad, un fenómeno natural, producido por colapso de una estrella en el planeta Marte, separó al sol de la luna. Las nubes del planeta tierra, manifestaban con sus lágrimas el dolor de ausencia de la estrella sol, que había dejado de iluminar y calentar a seres vivos. Pasaban las horas dejando hilos de hielo y profunda oscuridad, hasta que al fin un día, ¡Vaya Felicidad! El sol retornó a la tierra, entonces, las nubes se esparcían, abriendo espacios que dejaban ver el firmamento azul. Ya no lloraban, los seres vivos estaban felices. No obstante, el sol estaba solo y triste, sin su compañera luna, que había desaparecido. Y, ¿dónde se encontraba la luna? Los investigadores del universo la habían capturado. Ella estaba triste, meditabunda, melancólica, cubriendo el cielo con su manto, buscando ayuda o consuelo en dos hermanas lunas de Marte: “Fobos y Deimos”, pero ellas, al ver una luna desconocida y desorientada, el pánico y timidez las alejaba. La luna en su soledad, vagaba por los ámbitos del cielo, como místico témpano de hielo, buscando a Oriol, o, a la estrella Sirius, que siempre estaban a su lado, para bien ubicarse y encontrar a su amado sol. Y las nubes se aglomeraban en horas nocturnas, llorando la ausencia de la luna y, añorando su regreso. Una noche, cuando la luna vagaba por la profunda oscuridad divisó una brillante estrella. Sí esa estrella era Sirius, su compañera. Se iluminaron sus cráteres y sus mares, pudo avanzar por el cielo y más allá, hasta encontrar a su amado sol. Se abrazaron y de nuevo un eclipse los unió, pero, por un instante, porque, a la luna, seres vivientes del planeta Tierra, Adrian y Collins, en el año 1.969 se dirigían hacia ella, para conocerla, visitarla, tomarle fotos y dejarle de recuerdo una bandera de los Estados Unidos. Después de la visita, el sol y la luna, se unieron en el firmamento, sin que grises nubes interrumpieran la luz, ni el color azul del cielo, ni la felicidad de la pareja.
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Lucy reyes
https://www.youtube.com/watch?v=o0SsfRCyeJU
Battaglia
Felicidades Lucy
Lucy reyes
Silvana Pressacco
Lucy reyes
RAL IBAGU GUERRA
Lucy reyes
Mara Vallejo D.-
Magistral. Asì, es mi sencillo percibir; amiga èste texto es maravilloso; te felicito con toda mi verdad. Mi esposo era un apasionado de la galaxia; tenemos aùn en casa un telescopio grande; èl cada noche divisaba su cielo y nos explicaba cada cosa; me hiciste viajar a esos recuerdos, con las letras plasmadas hoy.
Abrazos
Lucy reyes
María, causa dolor que tu esposo ya no exista, pero cada recuerdo que tengas de él, es como el espíritu de tu esposo que te acompaña.
María agradezco mucho el tiempo que me regalas y siento en verdad que tengo una amiga, que espiritualmente me acompaña, Mi espíritu, también te acompaña. Cordial abrazo, Lucy