El Laberinto de las vocaciones
     En lo más alto de una montaña casi tocando las nubes donde un clima fresco siempre invade el ambiente. Había al final de un intrincado laberinto  una caja que tenía el poder de adivinarle la vocación a quien tenga la suerte de alcanzarla. Ya que nadie fue capaz de escalarla hasta ahora. Una antigua predicción de un adivino decía que alguien no se sabe quién sería capaz de subir hasta allí. Pero sería un adolescente o un hombre, aquella pregunta volaba por las mentes de los pobladores de una comarca alejada que se encuentra a los pies de este misterioso cerro.
      Aquella incógnita no era evacuada por nadie, por eso una expectativa cada vez mayor volaba por sus almas cual aves en el cielo. Un día una fuerte lluvia extraña por aquellos pagos se apodero de aquel lugar. Esto les hizo sospechar que pronto alguien llegaría a ese elevado mundo y superando aquel laberinto tocaría aquella caja y descubriría su vocación verdadera. Mientras tanto  un adolescente en la provincia de San Luis se despertaba convencido de que aquel día ocurriría algo inesperado, que lo ayudaría a hallar lo que debía hacer con su vida.
      Sus ojos percibieron al levantarse algo que brillaba incesantemente debajo de su cama. Pero que era esto, aquella pregunta voló por los aires de su mente, como las aves lo hacen por el firmamento. La curiosidad lo impulsaba a averiguar aquella causa tan intrigante, corriendo aquel mueble donde su cuerpo se reponía pudo observar al lado una piedra un extraño escrito en una antigua lengua que pudo por su gran inteligencia saber que era latín
       No sabes cuál es tu verdadera vocación, golpea tres veces esta piedra y si superas un intrincado laberinto un objeto que conoces muy bien te dirá que debes hacer con tu vida. No te será fácil, pero lo lograrás, estamos seguros.
     Aquellas palabras se borraron de la piedra como si una gruesa capa de pintura las cubriera. Como el deseo de encontrar aquella vocación era tan importante para él, Agustín con su puño golpeo aquella roca tan misteriosa que lo sorprendió. Una gran abertura  apareció delante de sus ojos, mientras la luz del sol se filtraba por su gran ventanal y calentaba aquella habitación que albergaba para sorpresa de él una solución a su búsqueda.
     Con solo un pequeño movimiento una larga caída libre lo llevaría sin rumbo conocido a través  de esa piedra. Pero donde iba, porque encontraría allí su orientación vocacional, aquellas preguntas circulaban por su mente como el dinero lo hace por los bancos diariamente. Un fuerte temor invadió su alma al caer sin parar, hasta que un desierto que padecía muy lejano se colocó en su camino y su cuerpo lo toco con un golpe seco pero inofensivo.
     En la cima de una elevadísima montaña un intrincado laberinto atraía su vista. La idea de tener que escalar aquel cerro tan alto invadió su mente, que estaba saliendo de la sorpresa que sintió al llegar a ese lugar tan exótico, miles de árboles con espinas invadían aquel suelo de arena y un poco de tierra que lo rodeaba.    
       Como estaba decidido a descubrir aquello que debía hacer con su vida. Agustín enfrentó aquel adverso destino que le esperaba y poco se fue acercando a ese pie, mientras el sol continuaba acompañando en ese firmamento que pronto tocaría casi por la gran altura de aquel cerro. Una gran esperanza de poder hacerlo a  pesar de todo inundo su alma, mientras sus pies comenzaban pasito a pasito a escalar, las aves comenzaban un concierto alentándolo a continuar sin importar lo difícil que fuera.
     Aquel cielo despejado se acercaba cada vez a su vista, la cual miraba sin distraerse por nada como eran las rocas que debía pisar para poder avanzar. Aquel laberinto lo esperaba en el centro de aquella cima, desde hacía miles de años, pero estaba él preparado para superarlo. Aquella pregunta retumbo en su mente como el eco lo hacen en las construcciones. Con un gran cansancio llegó a la cima donde un laberinto dificilísimo pero posible de pasar según lo que le decía su espíritu apareció detrás de unos árboles de colores que embriagaban a quien los vislumbrara.
     Sorprendido por la inmensidad del firmamento que lo acompañaba en esas alturas. Busco la entrada a ese laberinto y la atravesó sin importar si era fácil o difícil la superaría, estaba convencido que era capaz de hacerlo. Con sus piernas cansadas, pero feliz de haber superado aquella primera prueba encontró en su entrada un nuevo obstáculo que vencer. Debía elegir según su intuición una entrada, si lo hacía bien continuaba sino se quedaría encerrado para siempre en ese lugar alto y poco poblado. Ya que solo árboles lo acompañaban en esa misión que lo ayudaría con su búsqueda.
      Algo en su interior le decía que hacia la derecha, encontraría lo próximo que debía hacer. Confiando en esto abrío una gran puerta con forma extraña e ingreso a una pequeña selva de Arboles pinchudos. Atravesarlos sin lastimarse era según su sospecha la siguiente misión que debía cumplir para saber aquella vocación que nunca saber pudo, pero como haría, pensó mientras ya el sol comenzaba a ocultarse, aquel día llegaba a su fin. Las aves como acompañándolo comenzaron un concierto que endulzaba sus oídos avivándolo para que continuaba con aquel objetivo que solo él era capaz de cumplir.                 
    Esquivando todo lo que podía avanzo como pudo por aquel laberinto. Una ayuda que no se esperaba apareció, un gran duende caminaba hacia el con una espada en sus pequeñas manos. Rompería todo a su paso con aquella, pensó pero además de eso le serviría para vencer otras pruebas o solo para esa, aquella pregunta voló por su concentrada mente, cual aviones por los cielos, agarrando aquel arma y mirando al duende trató de responder aquella duda que lo llenaba de expectativa.
   Con una sonrisa alegre, el fantástico ser intentó decirle que sí, que él lo iba a ayudar en todo lo que pudiera. El niño que amaba  aquellos seres le agradeció y siguió con su misión, ningún vegetal logró lastimarlo. Una gran curva en zigzag lo esperaba al final de aquellos Arboles que caía como domino delante de él.
    El cansancio que lo acompañaba ya, le haría difícil la tarea de cruzarla, pero esto no lo detendría. Con grandes esfuerzos estiro sus piernas y como pudo anduvo el corto sendero que separaba aquella selva destruida de aquello que lo esperaba.  Con solo unos pasos atravesó  aquellas curvas extrañas y llegó sin sospecharlo a un río caudaloso de aguas cristalinas. Desde donde se veía una extraña caja a lo lejos, lo que le decía que estaba cerca  de su cometido. Lo que causo que una fuerte alegría invadiera su alma, por esto gruesas lágrimas brotaran de sus ojos y se escurrieran por su rostro.
    Con su cuerpo cubierto de sudor pero con  la intención de terminar con su misión. Cruzo con sus largas piernas y sus brazos usando distintos estilos de natación, el sol se ocultaba y algo que no se esperaba ocurrió. Varias nubes se acercaron y poco una fuerte lluvia lo sorprendió, todo aquello indicaba que en pocos momentos. Como pudo llegó a la costa este y allí una gran subida que conducía a la caja que antes habían percibido sus ojos y poco a poco subió con piernas cansadas aquel sendero que lo separaba de aquello que tanto esperaba.   
      Una gran caja de colores brillantes  con todo tipo de  imágenes pintadas en el solidó material apareció frente a sus ojos, que se decía que tenía el poder de leer las mentes de quien tenía delante y así decirle cuál era su verdadera vocación. Tres luces de colores fosforescentes le incidieron en su mente y una vieja nota voló desde lo profundo de aquel objeto cuadrado y cayó a su lado. Con sus manos tomo aquel papel doblado y escrito con una letra dorada extraña de caligrafía muy antigua y leyó
     Por cómo has superado las pruebas que te hemos presentado, y por la gran valentía que tuviste en aquella escalada que hiciste en la montaña, creemos que debes trabajar en turismo aventura, además te gusta mucho la adrenalina, sos perfecto para este trabajo.
      La sorpresa lo invadió cuando leyó esto, además nunca pensó que sería bueno para la aventura. Sabiendo esa vocación que encontrar no había podido, volvió como pudo a su mundo, mientras una enseñanza se grababa a fuego en su mente, a veces encontrar la verdadera vocación de uno no es fácil, mientras el sol volvía a ese cielo azulado y despojado de nubes.