Despierta. Se levanta. Se viste. Se mira. Se examina. Se observa en el espejo, y expectante, cree ver frente a el la viva imagen de aquello que alguna vez creyó ser. Asiente. Con una soberbia mueca de autosatisfacción le sonríe a ese hombre, que una vez mas, le hace creer que todo anda bien. Y así, como de costumbre, emprende su camino hacia a la rutina, inmerso en el vaivén de sus emociones. Emociones, que se perdían en los lugares mas recónditos de su cabeza, y se ocultaban como niños jugando a las escondidas.
 Sabían ellas, inteligentes y desafiantes criaturas, que generalmente las personas como el optaban por jugar a esa clase de juegos. Era su reacción frente a la amenaza de tener que enfrentarse a la cruda y absurda realidad. Pues entonces, enojadas y decepcionadas por su tendencia a siempre ser las amantes desdichadas y nunca las esposas codiciadas, decidieron iniciar acciones que despierten la conciencia de aquel hombre, que poco a poco, dejaba de ver su fiel imagen frente al espejo.
        Y así, convencidas de que era hora de manifestar su descontento frente a la situación en la que se encontraban, se dividieron los órganos, los músculos y las distintas partes del cuerpo; Y emprendieron cada una su viaje.
 Remordimiento se dirigió a la parte más alta del cuerpo, el cerebro. Llevo consigo a sus más aliadas herramientas, el malestar, la insatisfacción y el dolor. Y como si fuera poco, tomo del brazo a el arrepentimiento y lo condujo hacia destino.
Egoísmo también se sumo a esta travesía. A pesar de ser tan famoso y recurrido, decidió comenzar su viaje en ayuda de sus compatriotas y seguro del gran poder que tenia, decidió alojarse en el órgano vital, el corazón. Lo acompañaron sus fieles testigos de Jehová,la Señora solidaridad y el Señor bondad que no estaban muy seguros de los resultados de su trabajo, pero aun así, pusieron manos a la obra.
Y por ultimo, quien tuvo la cortesía de ayudar en la causa, fue el Cambio. El cambio, era un ser diferente a todos los demás. No era fácil encontrar su paradero, ya que solo el decidía a quien honrar con su presencia; La cual era en ocasiones muy particulares. Pero esta vez fue la tan encantadora Fe, dichosa de grandes dotes y talentos, quien golpeo su puerta y aseguro no defraudarlo con la persona elegida para esta rebeldía. Y así fue como Cambio tomo posesión de los más profundos sueños de este hombre, y noche tras noche, lo deleitaba con sus hermosas canciones, sus grandes deseos, y las más alocadas acciones.
 Ya todos se encontraban puestos en acción. Juntos, trabajaban en los lugares del cuerpo asignados y se proponían ganar esta lucha como si fuese la última. Sin embargo, lo que no sabían, era que esa era el comienzo de las tantas próximas luchas que deberían enfrentar.
 Despierta. Se levanta. Se viste. Se mira. ¿Se mira? Se pregunta. Se cuestiona. ¿Se estaba mirando realmente? Se paraliza frente al espejo, e inmóvil, casi como si todos los músculos del cuerpo se hubiesen puesto de acuerdo para dejar de contraerse; Se mira, y logra ver correr por su mejilla, una gota, una pequeña gota de agua cristalina.
Asiente. Asiente, y con ahora una sincera mueca de autosatisfacción, comprende; Por primera vez, las emociones, criaturas solemnemente ocultas y retraídas por siglos en lo mas profundo de su ser, lo lograron. Ganaron la partida.
"Jaque Mate" vacila el Sr. Cambio.