La Travesía  de La Cultura
      Bajo un cielo azulado despejado donde el sol ya hacía mucho que no se asomaba.  En un mundo donde la cultura antigua era lo más importante, había un palacio que albergaba miles de objetos antiguos que eran un tesoro para ellos por su riqueza cultural.  En una de las salas había un antiquísimo libro que alojaba una historia que decía que un niño que odiaba la cultura iba a visitar este mundo y aprendería la importancia de la cultura. Pero cuando ocurriría esto se preguntaban los pobladores de este mundo, quienes amaban todo lo relacionado con lo que el hombre puede crear usando su inteligencia.
      Una tarde un niño que odiaba todo lo relacionado con la cultura ya que solo le preocupaba su entretenimiento estaba en su sótano. Buscando unos trastos para venderlos cuando observó que una puerta con símbolos egipcios aparecia en una de las paredes del norte de la olvidada sala. Pero que querían decirle con aquellas figuras extrañas, aquella pregunta interesante inundó su pequeña mente, mientras el sol se filtraba por la escalera que lo había llevado hasta allí.
       Un extraño fenómeno lo sorprendió poco después. Una fuerte luz era despedida desde aquella abertura misteriosa.  Esta al incidir en la pared de enfrente un video que mostraba pinturas y construcciones de Egipto y Grecia se proyectaba.  El niño cuyo nombre era Leonardo fijo su vista en esas imágenes que misteriosamente habían aparecido en esa sala donde la oscuridad estaba siempre presente y solo cuando alguien la visitaba la luz la invadía.
      La curiosidad hacia porque ocurría todo aquel extraño acontecimiento que lo dejo anonadado, y que había tenido un efecto increíble.  Provocó que un interés hacia todo lo que esa imagen mostraba invadiera su mente. Con sus piernas cortas pero atléticas cruzo aquella sala. Trató de atravesar aquella tabla de madera tallada y averiguar que producía todo aquello.
     Al acercarse a esa, detrás de la puerta un mundo donde una fuerte música clásica invadía la atmósfera,  estaba envuelta en una gran arboleda  de especies con esculturas en sus troncos. Pero porque aquella melodía se escuchaba, acaso sus pobladores querían enseñarle algo sobre la cultura. Esa sospecha parecía confirmarse con cada pasó que daba, ya que esculturas y otras obras de arte aparecían como arboles en aquel universo donde nada era como él estaba acostumbrado.
      Una gran construcción que tenía esculturas en sus paredes. Apareció detrás de miles de cuadros y otras obras que para ellos eran como tesoros invaluables que nadie podía saber por cuánto dinero cambiarlo, pero que albergaba aquella construcción que por lo que había aprendido en aquel video que lo sorprendió era egipcio y tenía columnas griegas que según lo que sus ojos le decían estaba muy lejos, pero podía ir allá a pie o alguien lo llevaría volando. Aquella pregunta voló por su mente cual aviones.
      Como la curiosidad lo superaba decidió dirigirse a él usando sus cortas extremidades que lo habían llevado hasta allí. Mientras el sol se iba ocultando y la oscuridad comenzaba a inundar aquella comarca. Cuanto más acercaba más se le despertaba porque en una de las salas algo emitía para su sorpresa un brillo que le decía que si entraba a esa habitación y fijaba la vista en  eso descubriría algo sobre la cultura. Mientras el brillo iluminaba todas las inmediaciones de la obra.      
     Las ganas que tenía de averiguar lo que le enseñaría aquella lección hicieron que se equivocara en la distancia que pensaba que estaba aquella obra, aquel palacio estaba más lejos que lo que sus ojos habían percibido. Una larguísima galería de árboles con esculturas lo alejaba de aquel niño. Que no veía las horas de visitarlo, pero aquel obstáculo no lo detendría. Acompañado de miles de aves que cantaban adornando aquella noche despejada  inicio aquella travesía que en su final un gran descubrimiento tenía.
     Mientras sus manos intentaban tantear aquellas esculturas. Para vislumbrarlas mejor, unos seres vestidos con indumentaria extraña pero bella e interesante lo sorprendieron, pero tenían la intención de ayudarlo, pensó cuando detecto su presencia por su silueta rara que la luna le permitía distinguir, ellos contrayendo sus labios en una alegre sonrisa le dijeron
-          Hemos venido a ayudarte a descubrir el tesoro cultural del rey culturalus, que guardado como tesoro en su palacio. Es lo más importante que alberga este bosque de árboles que se caracterizan por el trabajo en sus troncos. Este te enseñará sobre la importancia de la cultura en la historia del ser humano. Acompáñanos.
Lo condujeron por un camino que era menos tupido que el que él iba a seguir. Pero una sorpresa lo esperaría más adelante, una gran cantidad de obstáculos fueron percibidos por aquellos ojos pequeños y azules que disfrutaban de todo lo que aparecía en aquel camino lleno de expresiones artísticas y culturales. Pero era lógico pensó mientras un nuevo día se iniciaba. La luz de un radiante sol se filtraba entre los pequeños espacios que los miles de vegetales dejaban en aquel bosque tan interesante de visitar. Porque si era un tesoro había que protegerlo.
 Una gran montaña que por su altura padecía que unía el cielo con la tierra apareció frente a sus sorprendidos ojos. Su intuición le decía que debía escalarlo y así le daría lugar a la siguiente prueba.  El ser que lo acompañaba lo miró con confianza, mientras un fuerte sol iluminaba aquel cerro. Con sus pies y sus fuertes piernas comenzó a escalar, alejándose de aquellas esculturas que padecían pequeñas manchas con formas curiosas desde aquella  Altura que había alcanzado.
  Cansado pero con la esperanza de poder cumplir, con el deseo de conocer aquel tesoro que le enseñaría eso tan importante sobre la cultura. Llegó a aquella cima desde donde era para su sorpresa posible ver la inmensidad del firmamento como en ningún otro lugar, sus ojos se quedaron captando aquellas imágenes que las que no se olvidaría nunca, pero cuál sería la siguiente prueba, sería como esa o sería aún más difícil, aquella pregunta voló  por su mente cual aviones por aquel cielo inmaculado.
   Como respuesta a esa pregunta, como si alguien le haya leído la mente. Un bosque aún más tupido que el anterior pero sin las obras de arte en sus árboles apareció con ese cielo soleado de fondo. Ese escenario no podía ser más bello que casi hace desaparecer  de su mente su tarea de conocer las obras que aquel rey tan culto guarda hace ya tantos años. Las espinas y otros peligros invadían las ramas de aquellos árboles que le permitirían según lo que él pensaba llegar a su objetivo.
   Feroces monstruos que para él eran curiosos por tener formas de antiguos minotauros griegos  ante sus ojos aparecieron.  Combatirlos era la siguiente prueba de debía pasar para llegar a esa construcción que era el hogar de aquel rey. Aquella sospecha inundo su mente mientras el sol abandonaba aquel cielo y era reemplazado por estrellas cual miles de botones esparcidos sobre un gran terciopelo negro. Con valentía y mucho esfuerzo comenzó a caminar entre medio de esos seres grandes y atemorizantes sin importar que podía pasarle.
    Gruesas gotas de sudor se escurrían de su rostro por la gran velocidad que sus pies desarrollaron.  Para evitar ser herido por aquellos animales salvajes pero con formas que lo distraían de su cometido. Hasta llegar a un gran portón que era la antesala a ese palacio que tanto anhelaba conocer y visitar, ya nada lo separaba de eso que debía cumplir y así aprender aquella enseñanza que ya su mente tenía una idea de que se trataba.
   Mientras el sol bañaba con su luz aquel bioma que escondía una riqueza cultural que nada lo igualaba. El niño cuyo nombre era Agustín atravesó con sus cansadas extremidades aquella metálica abertura que  resguardaba aquel tesoro que él estaba por conocer. Aquellas columnas griegas causaron que una emoción invadiera su alma a tal modo que gruesas lágrimas resbalaran por su rostro. Mientras abría con sus manos aquella puerta y entraba a la construcción que irradiaba para sorpresa de él una luz brillante.
    Los cuadros de ilustres pintores invadían las paredes de aquel palacio, mientras trataba de localizar aquella sala sorprendente que tanto le había costado encontrar. Una puerta esculpida con formas muy creativas le indico que aquella era la que alojaba lo que él buscaba, al atravesarla descubrió miles de cuadros y esculturas esparcidas por la sala mientras el sol ya comenzaba a ocultarse y solo lo acompañaba una oscuridad que estremecía hasta al más valiente.
    Mientras sus ojos gozaban de aquellas obras increíblemente bellas miles de esculturas de antiguas civilizaciones estaban invadiendo aquel suelo de madera y concreto. Una enseñanza  se grabó en su mente como la música lo hace en los estudios de todo el mundo desplazando cualquier otro pensamiento de su mente. La cultura es el mayor patrimonio del hombre, porque solo él es capaz de hacerla.
     Un amor hacia las expresiones culturales brotó de su alma, a partir de ese día se olvidó de todo lo demás. La música y la pintura era lo que más le gustaba. Como aquella zona estaba repleta de aquella riqueza que solo  el hombre puede darnos decidió vivir allí. Mientras las aves lo acompañaban con sus cantos.