Así estuve durante años
entre recuerdos ajenos volviéndome loca,
mirando tu boca cuando aun no me amaba
sintiendo lo que otros por ti habían sentido.
 
Durante meses buscando entre dibujos
que malinterpretados habían sido admirados por muchos desconocidos.
Dibujos en los que encontré mil y un veces tu rostro de pasión y de fuerza
como si pudiese derramarse en un lienzo tanta vida acumulada.
 
Ahí estabas. Te veía entre tantas rayas
y te amaba en cada segundo…en cada segundo ajeno.
Y aquí estoy amándote y esperando que desnuda
me esperes al amanecer en las mañanas.
 
Para mirarte, para observarte
y entender que de eso se trata,
porque lo único que me llena realmente el alma
es sentir el brillo de tu piel sin siquiera rozarte.