Cada día que vivimos, nos damos cuenta que es una nueva lección aprendida. Y todo tiene su lado bueno y malo, su lado alto y bajo, es como jugar con luz y oscuridad, siempre tenemos que lidiar con ambos polos. Por ejemplo, habrán personas que nos amarguen los días, que nos decepcionen, pero luego vendrán otras que con su cariño, detalles y alegría, nos cubrirán el camino de flores, eliminando todas las espinas que dejaron las otras.
Nos enfrentaremos con rocas duras de mover, pero siempre habrá un pequeño espacio, donde podamos transitar.
Nos desilusionarán, pero siempre aparecerá un ángel que nos llenará esa oscuridad, de total luz y armonía.
Existirán días en que nos sintamos tristes, decaídos, es un estado normal del ser humano sentirse así, pues no siempre se puede bailar; pero nunca durará tanto tiempo, porque aparecerán esos seres maravillosos que llamamos amigos del alma, y con su pincel de ternura, nos dibujarán una sonrisa en el rostro y en el corazón.
Habrán proyectos que tomen mucho tiempo en desarrollarlos, recordemos que muchas veces lo más difícil de lograr es lo que nos estabilizará, refiriéndome a todos los aspectos.
Nunca es tarde para vivir, nunca es tarde para alcanzar los sueños, nunca es tarde para volver a enamorarse, nunca es tarde para nada de lo que queramos hacer. Cuando nuestro corazón deje de latir, entonces ahí si, ya será demasiado tarde.