Yazco donde comienza tu destrucción, no soy hombre, por no ser, no soy ni persona, solo un montón de energía que se desvanece conforme se acerca a tus labios hasta quedar reducida a cero. Noto cada latido en cada parte de mi cuerpo, noto tus latidos como si fuesen los míos y siento como se sincronizan, no hay nada más importante que volver a sentir como laten nuestros cuerpos uno al lado del otro, no hay tiempo para pensar en todo lo demás, la única perdida de tiempo es la de derrochar una lágrima que acaba en tu nariz, encontrando cobijo donde ya no lo encuentro yo, aunque tu me lo das, yo ya no soy capaz de recibirlo. Te digo que siempre he estado aquí, y aunque no se si es verdad que siempre estaré, ciertamente, no se si seré capaz de aguantar este dolor un día más, no se si seré capaz de llegar hasta el final con el pecho atravesado por miles de agujas. Imagino tantas cosas que dejo de vivir la realidad para vivir mi sueño lleno de mentira, y al volver a la realidad, no queda más remedio que olvidar, desaparecer y dejar de ser. No se que es, ni siquiera se si hay algo concreto que consiga definir la complejidad de lo que ocurre.