¿Para qué luchar contra toda una horda de guerreros salvajes? si únicamente contigo, oh mi amor, puedo tener la batalla más sangrienta y crucial de mi vida y de mis horas.
.Contigo tengo el entrenamiento de conocerte, de ubicar tus puntos debiles y saber por donde puedo atacar.
.Contigo puedo afilar mis armas, preparar el corazón para una inminente victoria, o prepararla para sucumbir ante tus estrategias y hechizos.
.La arena es tu piel, cada curva, cada espacio, cada silueta, donde puedo caer hacia el abismo de tus placeres, hacia la muerte divina, la muerte anhelada, donde agarrarme sería imposible ya que el terreno que cubre tu existencia es tan suave como el terciopelo.

.Cuando llega la batalla me doy cuenta que es dificil eludir tanta seducción y belleza, no puedo reducir mis heridas al llegar a la cuspide de tus emociones, de tus miradas, tu majestuosidad.
.Me enredo en la hydra de tu cabello, me ata, me sumerge en el aroma del gusto, de la luz, de la felicidad; ésta es mi batalla más cruel e inhóspita.
.Cuando la batalla está en su pleno apogeo, siento que mi sudor adorna tu piel (la arena de mis sacrificios) siento que tus agitados movimientos de espada y fuego buscan mi aniquilación. Y yo no voy encontrando una salida... Me queda la opcion de morir en ti, o de estar desterrado a lo largo del sahara de tu silueta.
.He decidido adoptar y empuñar el estandarte de tus sábanas... que si hablaran, serían rapsodas fieles de una batalla que hemos librado por horas, una y otra vez, una y otra vez, donde tu siempre eres la victoriosa, pero yo, feliz de verte vencer, me emociono en mi dicha de ver tu hermosa piel como reflejo del hielo de nuevos escenarios de batalla.
.Quiero renacer para que batallemos de nuevo... tú mi verdugo, heroina del placer... belleza medieval que manifiesta la perfección de la guerra a la hora de amar, a la hora de luchar.