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Maracuyá
Publicado en Mar 18, 2014
 se desliza y se arrastra de la tristeza tu carga. Cuatro fueron las semillas que de tu carne brotaron cuatro fueron las que ácidas se abandonaron. Maracuyá, sabor ausencia, color marchito masca la cáscara, húndete en el grito. Amargo es el sucedáneo que anida tu pensamiento estrecho se retuercen y se recogen las sábanas de tu triste lecho. Cuatro fueron las gotas que maltrató tu demencia cuatro fueron las que en la piel llevan tu violencia. Maracuyá, olor tristeza, sonido maldito absorbe la culpa, sumérgete en mi grito. Quien fuera carne cruda para pudrirse en tu vientre quien fuera la razón para ahondar en tu pobre mente. Entender el ácido que en ti quema el sentimiento aquel que por naturaleza busca el niño tan sediento. Maracuyá, amor placenta, dolor eterno envuelveme en el manto del calor materno.
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Guillermo Capece
bello y doloroso poema; comprendo tu dolor muy bien, es un agujero en el pecho que no se cerrara nunca; lo comprendo muy bien.
Lo que hay que tratar de hacer es superar en lo que se pueda ese daño, quizas con otro amor que se brinde y se acepte maduramente. NO para consolarte, lo que no seria maduro, sino para superar tu situacion actual, cambiar desesperanza por optimismo.
saludos
Guillermo
Marìa Vallejo D.-
Existen sobre la faz de la tierra seres como el que hoy describes en tu texto, el solo hecho de leerlo causa dolor, ira y muchas otras sensaciones, pero, puedo decirte con todo mi respeto, que en esas frutas ácidas, de corteza áspera, arrugada y de colores desagradables, existe un punto genético y otro externo que colaboró para que la fruta tuviera esas características; pero, no olvides amigo, que el solo hecho de haber dado cuatro frutos, debe ser una bendición para esa planta enferma y para la cosecha que pudo llegar sin heredar el mal que carecía y que en medio de todo,siempre la planta amará su producto.
(Te pido disculpas si entendí mal tus letras)
Abrazos
C.S Marfull
Marìa Vallejo D.-
Abrazos