En disertaciones
Publicado en Sep 07, 2009
La mañana se abre en disertaciones:
Llena de luz los pliegues y las cómodas. Encadena lo ignoto y lo cercano. Deja a los elementos huir en desparpajo. La mañana espanta a los escarabajos y se engarza en las cuerdas de los conservatorios. Quita las vendas cúbicas de las cosas. Desata a los átomos y tiñe los epítetos. Va de bóveda en bóveda, devorando tinieblas. Con sus manos solares roza los cultivos. Enciende al orbe con sus teas sagradas. La mañana y su luz son diáfanos segadores. Se posan en los paraguas lánguidos y vidriosos de las viejas flemáticas que vienen de las iglesias. Abre los espacios para que vean los ojos. La mañana depila las sombras a grandes bofetadas. Rompe los malefícios que produce la noche. Eleva los retoños, complementa las rosas. Desata furtivas esperanzas en los nuevos dolientes. Arrea los arreboles y reinventa las casas. La mañana hace brotar tibios algodonales. Recata a los cirios, ensordece los miedos. Hace de parajes y fuentes lugares agradables. Llena los caminos de ingratos coterráneos. Minimiza lo terrorífico de los cementerios. Yo siento su ley anegarse en mi rostro y me alegra que haya renacido otro día.
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