Cambiar la escena
Publicado en Mar 16, 2014
La respiración sobre su hombro volvía cada maldita noche y ni un reflector focalizaba la escena en la cama. Mantenía los ojos cerrados para imaginar que el calor entre sus piernas y las manos que la recorrían eran efectos de un fantasma que la visitaba cuando dormía. Una vocecita interna la tranquilizaba diciendo que sólo se trataba de un mal sueño y que nada le pasaría si mantenía sujeto con fuerzas a su oso panda.
Ella era la heroína que vivía un capítulo en el que no le tocaba ser feliz y duraba demasiado tiempo. Estaba cansada de repetir el mismo libreto a una audiencia desinteresada que reía cuando se trataba de una tragedia. Sólo el osito de peluche la comprendía porque se iba deformando de miedo como ella deformaba la idea de ser niña y llevar una vida normal. A veces jugaba a encerrarse en un minúsculo mundo de sábanas donde era un gnomo difícil de encontrar o una guerrera invencible que lograría terminar con las injusticias y mostrar al mundo la cabeza chorreante del fantasma que su mamá insistía que existía en su imaginación. Esa noche también se mantuvo quieta esperando con los ojos cerrados pero estuvo en sus planes representar otro capítulo. Cuando él ingresó a la habitación lo hizo conn el mismo silencio de siempre y sin sospechar nada. Ella no quiso ni pudo ofrecer resistencia cuando le arrancó de sus brazos al osito, no le importaba porque ya se habían despedido. Adormecida por la debilidad creyó que el frío que entraba por sus venas abiertas era el mismo aliento del visitante y que el alarido que emitio cuando adivinó el desenlace no dejaria de repetirse. El telón de sus párpados dejó filtrar la última luz, la suficiente para comprobar que su escena había logrado atraer al resto de su familia. Alcanzo a escuchar un sollozo, una negativa aplastante sobre su pecho e imagino su carta de mano en mano mientras la verdad enroscaba las cabezas de su madre y de sus hermanos. Cerró los ojos tranquila. El fantasma no volvería ya lo conocía todo el público.
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Silvana Pressacco
Cariños a todos.
Elvia Gonzalez
Battaglia
Un texto sin duda fuerte pero bien transmitido…. Duele en verdad descubrir este tipo de infamias y más cuando se trata de un abuso infantil a todas luces… la inocencia perdida trágicamente y el constante estrés por el que pasan estos pequeños es infernal… difícilmente pueden reponerse y más aún si la familia lo consciente.
Una vida así de destruida tiene dolor por todas partes y nadie lo comprende por ello en ocasiones no hay otra salida….
Saludos,
Recibe un cordial abrazo…
Battaglia
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Enrique Gonzlez Matas
TE FELICITO POR LA DENUNCIA Y POR LA CALIDAD DE TU ESCRITO.
DEMOCLES (Mago de Oz)
Sara Luz
un besote!