A un escritor desesperado
Publicado en Mar 16, 2014
El sótano y un quinqué son sus compañerosEl lápiz su promesa y el fracaso su certeza. Jorge, neófito en el mundo de la literatura busca palabras bonitas con las que sorprender a Sara. Afanado por aderezarlas nunca halla una manera clara de expresar sus emociones, entrando así en una espiral de rebuscados adjetivos adverbios sin salida y metáforas imprecisas un día a su regreso del partido abrió su buzón y extrajo con celo la misiva que cuidadosamente y en papel cebolla enviaba siempre Sara.
Esta decía así: Jorge, he recibido tu última carta, a decir verdad y siendo fiel , por supuesto no restando su intrínseco valor literario, que lo tiene, he de decirte que me resulta vacía,exenta de objeto, con un estilo bastante abigarrado y pretencioso. No te ofendas por esto, pues sabes de sobra que soy la primera persona que te anima y seguiré haciéndolo con intensidad.Debes buscar otro reto, algo más ligero y no por ello nimio, limando los rasgos más superfluos y ajenos al escrito he pensado que podrías describir el día que empezamos a salir, cómo te sentías a la hora de revelar nuestras inquietudes, la perspectiva de ello y al final y a la postre lo intenso y real...que menciones tus miedos.Es una idea que me ronda hace un tiempo y sería un regalo para mi. Te amo Hombre de naturaleza impulsiva y pusilánime azotado por las varas de una frustración muy conocida decidió postergar sus escritos durante un tiempo indeterminado. Aquel fue un batacazo terrible Transcurrió una semana dar señales de vida ,engullido por la desidia sin otro quehacer que alimentarse pobremente dos veces al día y satisfacer las necesidades mas acuciantes, desatendio la correspondencia y las llamadas Ese día,El teléfono sonó por cuarta vez y merced a La virtud del autómata descolgó el auricular Sara había muerto. La noticia lejos de enterrar al miserable surtió un efecto rejuvenecedor en su labor y dedico los días y las noches a escribir . Así pasaron las semanas y los meses sin alterar su cuello rígido refugiado en el papel y vestido con sus truculentos relatos. Todos hablaban de Sara y finalizaban exangües , cansados de fluir donde su nombre se difuminaba hasta desaparecer, Jorge se acercó a "los locos" firmando el fin a la oscuridad de sus días esclareciendo su figura tosca sobre el último risco irisado por el cielo raso y rojizo lanzando su cuerpo a la espuma infinita del rompiente lugar donde sus tripas fueran devoradas por las gaviotas Marco hermano y único familiar con vida de Jorge, su albacea literario, ha recorrido los verdes valles y oscuros recodos de Cantabria , poniendo voz a su pluma quebradiza y desgarradora. Hoy Sus obras póstumas se han publicado,cientos de poemas y ensayos, escritos sobre la vida en el campo , la bondad en las relaciones con animales y su vasta creacion a cerca de los"ratones y los hombres" Prueba irrefutable de la caricia de los sueños, convivir apaciblemente con ellos está al alcance de ti y de mi. De los dos. De todo el mundo
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66arcoiris
Un placer leerte
Saludos.
javier castillo esteban
Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
Nicole Bass
Luis Abarca
Un gran abrazo para ti.
javier castillo esteban
Mara Vallejo D.-
La historia que hoy plasmas, me ha tocado fuertemente; su contenido es la historia que actualmente vivo; cuando fallece mi esposo,
(lo cual sucede en segundos) mi vida girò tantos grados que no he podido aùn medir sus grados, pero lo fuerte de todo, es que ese
vacìo lo he alimentado escribendo, porque ni siquiera el trabajo el cual tripliquè hasta enfermar, supliò esas horas de soledad y melancolìa que aùn persisten, pero gracias al cielo han mermado , porque cada vez que escribo siento que se escapa un poco el sufrir. Tu texto me gusta, lo guiaste hermosamente con todos sus matices.
Te felicito.
Abrazos
javier castillo esteban
Lo primero de todo, y aunque sirva de poco decirte que lo siento. Desconocía la tragedia más lo que me dices no es tan extraño. Ante la perdída ausencia e incluso el hastío, dedicamos nuestra atención integra al trabajo, eludiendo toda responsabilidad con nuestro corazón que chirría mientras forzamos el engranaje.
Escribir sin duda es mejor medicina, para abandonar el dolor en las líneas y no guardarlo como el mayor tesoro, desprenderse de el. Me alegro que te guste
Un fuerte abrAzo.