desencuentros
Publicado en Mar 31, 2014
Hoy el bar está tan solo como yo, languidezco arrebujado en mi silla, de un plástico duro como el hierro
los hielos terminan de licuarse con la sustancia densa y mis sentidos se dispersan por el entramado de mesas. La cabeza empieza a molestarme y me inclino disimulando el dolor a mis parroquianos Unas voces femeninas reverberan en la barra y dirijo mi atención, en un ademán descarado La más joven, enterada de su dominio, se pavonea con su amiga que es camarera. Mantiene una alegre conversación sustentada en la frivolidad de temas domésticos, sus gestos más parecen los de la seductora incurable que saborea cada resquicio de mi penetrante observación. Tiene el pelo negro como el gato de medianoche y su sonrisa es encantadora. Enfrente la camarera ríe sus ocurrencias fingiendo un interés inverosímil para su amiga. Su actitud roza lo displicencia exhibiendo un notable contraste entre los dos cuerpos. Aprovecho la ocasión para ir a pagar mi vaso y atentar contra su intimidad, irrumpiendo en los cánones y derrumbándolos a cañonazos, despojándome de la educación paralítica del gran grupo. En ese mismo instante, La camarera se acerca a su amiga y besa sus suaves y brillantes labios Precintando el amor hasta el próximo encuentro, esta sale del bar clavando sus ojos en mis ojos y sonriendo débilmente. noto la frustración casi tan cercana como el agotamiento, pero mi cuerpo y mi mente reculan con fuerza impidiéndome salir tras ellaLa camarera me pregunta – que es? Las Palabras salen de mi boca arrojadas como un resorte -Dos baileys- Miro desesperado el implacable paso de mi deseo malogrado, riachuelo convertido en agua embotellada. La perversión se confunde con el cielo irisado que viola al crepúsculo, y lo deja preñado de historias sin final
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javier castillo esteban
Mara Vallejo D.-
Amigo, tiene tu historia la nota real de un desencuentro, sucede a diario en cualquier lugar habitado.
Bien por tu historia, me ha gustado mucho.
Abrazos para vos.