Sobre los hijos
Publicado en Apr 04, 2014
Buscáis en los hijos, la culminación de vuestros sueños, pero los hijos, tienen y son sus propios sueños. Buscas en los niños, el paraíso de vuestras ideas, pero los niños son su propio paraíso, dentro de sus propias ideas. Vuestros hijos no son vuestra imagen, más bien ellos son la imagen del futuro propio. No intentéis llevarles en vuestras cadenas, pues no hay peor cadena, que la que nos obliga a cargar ideas ajenas. Llevadles cerca de vuestra mano, pero no demasiado, para que sus sueños no sean la sombra de los vuestros. Atended a sus necesidades, y aun así, enseñadles a cumplirlas por si solos. Pues no hay mayor enseñanza, que la de ver el mundo con los ojos propios. Vuestros hijos son regalos, pero no de vuestra pertenencia, si no, son los regalos a la vida, en el culto a sí misma. Vuestros hijos caminaran en el futuro, y vos tenéis el deber de enseñarles el camino, mas no recorrerlo con ellos. Sed como el árbol, que protege su flor, madura su semilla y la deja partir en el viento, para formar un nuevo árbol, repitiendo el ciclo de la vida, y jamás interponerse en el camino. Vuestros hijos son ideas, pensamientos y vivencias propias, no empañéis el fruto de la vida con vuestro pecado Vuestros hijos son importantes para vosotros, pero más importante son para el futuro; jamás le neguéis la vida al futuro, dadle siempre lo necesario y guiadle con mano firme, pero suave. Que no falte vuestro hijo, que no falte en este mundo, traedle, aunque viniendo pueda hacer daño, pues más daño hará no viniendo… un hijo que le falte al mundo, es una ausencia importante, aun siendo una ausencia entre miles de presencia. Un hijo siempre traerá alegrías, por muchas penas que pudiese acarrear. Jamás le neguéis la vida a vuestro hijo, porque aquí le niega la vida, atenta contra el mandato de Graubell, y más vida le faltara a quien la niega. No atentéis contra la vida de vuestro hijo, por muy menor en días que sea dentro de vuestro vientre, pues vuestro hijo, siempre será vuestro aunque en vuestros deseos así no lo quisieses. Dejad que vuestro hijo venga al mundo, al mundo que le pertenece y tened siempre en cuenta, que nadie sabe ser padre, y se nos ha otorgado la posibilidad de hacer camino al andar, para que vuestros hijos aprendan de vosotros, y vosotros, aprendáis de vuestros hijos. Recordad que vuestros hijos, son la vida misma, y la vida, siempre es primero. Yuranae
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