La historia que nunca conocieron. Las miradas que nunca sintieron. Las manos que nunca tocaron. Los versos que nunca escucharon. El corazón que no desiste de amar. Llevado hasta el cielo, solo para ser soltado. Al ser elevado nunca pensó en la crueldad de los hombres. Lo único que sabía era el presente. Ignorando los jalones de la razón solo siguió. Siguió el camino de cada amor. Siguió el camino de cada ilusión. Perdido en la credibilidad de las palabras, encontró el fuego de la pasión. El fuego que ilumina al más simple y miserable humano. Las llamas consumían los miedos que nacían. Espectáculo exhibido al mundo una vez más. Aún con todo el corazón sabe que vivió. Aunque hayan sido solo segundos, pero vivió. Pero ahora la vida se le escapa y se escurre por las grietas que han causado la caída. ¿Cuál caída pregunta el mundo? La inescapable, irreversible, e inevitable caída de la unión. Pues llego a ser uno con aquel al que se entrego por completo. Todo lo creía, todo lo esperaba, todo lo aceptaba. No importaban los golpes, no importaban las vergüenzas, no importaban los jueces, no importaba lo imposible. Con todo, ahora ha caído. Con todo, la vida termina. Solo queda, y aquel precipicio al que tan valientemente se había aventado, termino. El corazón no sabe en qué momento tuvo el impacto. El corazón no sabe más. Lo único que sabe es que esta tirado. Apenas y puede. Cada respiro es una lucha. Cada hora un día y cada segundo un nudo. ¿Hasta cuando se pregunta a sí mismo? ¿Hasta cuándo seguirá así? ¿Hasta cuándo? Tomando lo que le queda espera pacientemente. Porque ya no pelea y tampoco grita. Antes era como un potrillo aprendiendo a correr a un lado de su madre. Ahora no sabe lo que es. Solo queda una vaga idea de lo que un día fue. Recuerda las manos de amor. Las acaricias de la vida misma. Recuerda lo valiente y esforzado que fue. Si algún día vuelve a probar la victoria, no será la suya. ¡Oh cuan miserable es la existencia sin amor! ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son sus amores que el vino. Solo de recordarlo regresa la ternura. Solo el recuerdo parece cobijar al corazón de su soledad. !Miserables los corazones que no conocen el amor¡ ¿O será su dicha no haber amado? ¿Sera la dicha del muerto no vivir y sufrir? Pero, en la muerte no hay memoria de ti, ¿Quién te dará gracias en el sepulcro? Al recordar esto el corazón cobra aquello de lo cual no es acreedor. Fuerza, animo, y esperanza. Aunque todo haya terminado el amor no cambia. Aunque todo haya muerto el amor es inmortal. Por esa razón, puedo dar un consejo de corazón a corazón. De desaliento a desaliento. De esperanza a esperanza. “Deja que las desilusiones lleguen y no las resistas. Permite que las grietas crezcan. Permítanse, oh corazones sufrir. Permítanse sentir. Porque sin el amor la vida no es nada. Porque una vez muerto solo quedara la esperanza de resucitar. Y solo después de caer y romperse en mil pedazos podrá entender, entender que solo amando se puede realmente vivir.”