Busco un hombre seguro de si mismo...
Publicado en Apr 15, 2014
El anuncio decía textualmente: "Soy una mujer rubia, de ojos azules, buen cuerpo, inteligente, uno setenta y muy complaciente, busco hombre seguro de si mismo".
Alejandro al leerlo no pudo detenerse y marco al numero que ahí venia, quería conocer a esa mujer que se describía a si misma como una diosa. (El numero fue marcado) detrás de la linea una mujer contexto: - Bueno- dijo la mujer Hola soy Alex hablo por el anuncio de citas¿ tu eres la mujer rubia? - Si - respondió la mujer -Este, pues me gustaría conocerte, me agrada tu descripción y tu voz es muy linda no se que te parezca mi idea- dijo Alex con voz convincente. - No, no te conozco y antes de conocernos me gustaría tratarte un poco mas, tu sabes que me llames que me hables de ti, que me cuentes cosas, conocerte y solo haci después de un tiempo conocernos en vivo, la ciudad es muy peligrosa y estoy cociente que mi anuncio también lo es, así que el tiempo lo dirá, si te gusta mi idea sígueme marcando, si no pues no hay problema- dijo la mujer con voz muy segura. - De acuerdo, sera como tu digas, te puedo marcar en la noche? -si, pero que no sea muy tarde por que me duermo temprano- dijo la mujer con una voz de prisa Ok a las siete esta bien? - si a las siete - y ambos colgaron... La relación había empezado; todas las mañanas la mujer recibía un mensaje del hombre desde un buenos días, hasta un poema de Neruda. Y en las noches le marcaba para contarle durante horas los hallazgos de ambos durante el día ya se conocían todo ya se sabían la vida de ambos al derecho y al revés, tal vez había llegado el momento de conocerse. Y así fue, ella le dio su dirección, se verían a las diez de la noche en casa de ella en una cena elegante que la mujer prepararía. El hombre llego puntual, no batallo para encontrar esa casa vieja en esa calle fea y mal cuidada, estaciono su coche del año frente a la puerta de madera vieja y antes de tocar se perfumo con el botero que había comprado en perfumes europeos,toco la puerta y una mujer abrió. Era una mujer como de setenta años de pelo rubio y ojos azules, tal vez era su madre. - Hola buenas noches, aquí vive una mujer rubia de ojos azules se detuvo por un segundo admirando los ojos azules y arrugados de esa mujer; que mide uno setenta que es joven y muy complaciente?- pregunto el hombre. - No aquí no vive ninguna mujer así- respondió la anciana bruscamente y cerrando la puerta. El hombre se fue, entro al coche y marco al teléfono, la anciana en ese momento le quitaba la pila a su celular y nunca mas ellos volvieron a escuchar sus voces..
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Eduardo Fabio Asis
Jesus Dante Vega