Con un ariete lento
el tiempo destruye las obras del iluso.
Vamos severamente de caída en caída:
De segundo a segundo somos desgastados.
El tiempo arroja suaves manotazos
y utiliza manoplas invisibles.
Lentamente nos contrae y retuerce
y disminuye pasiones y cuantía.
Nuestras metas se realizan y pasamos.
Nos consumimos: En fortaleza o en debilidad.
De nada sirve el valor para enfrentar al Tiempo.
Es juez y severo ejecutor.
Los porvenires se nos vuelven memorias
mientras las noches se van acumulando
en los rápidos años vividos.
Sólo podemos enfrentar al tiempo con sonrisas
y disfrutar de nuestra vida rozagantes
antes que la fosa siniestra nos consuma
y quedemos del todo dormidos y olvidados.