Han pasado algunos meses desde que escribí por última vez... Traspasé muchos obstáculos que impedían mi avance, pero sacando fuerzas de mi propia debilidad, fui capaz de superarlas y aquí estoy hoy en día: ganando un día a la vez, para seguir adelante y disfrutar el milagro de vivir junto a quienes me aman y amo.
No me sometí a la cirugía mutiladora, tomé la decisión de no aceptarla, ya que durante dos meses los médicos no se ponían de acuerdo para realizar la operación; y sólo lograron generar  un stress en mí.
Finalmente, luego de rogar a cada minuto al Padre Celestial que me diera la sabiduría necesaria para tomar la decisión final, lo hice: dije un gran NO a los médicos y bajo mi responsabilidad me encuentro hoy en día en mi hogar, he vuelto a retomar las riendas de mi vida... He vuelto a trabajar en lo que más amo: enseñar; y ha sido una terapia reconfortante, además de contar como siempre con el apoyo de mi familia y amigos, he regresado con más fortaleza y fé interior que la que pude tener antes...
Sé también que habrán de venir otras barreras, pero ahí estaré esperando con más vitalidad, mi fe puesta sólo en Él, y rodeada de amor y luz...esa luz que en muchas ocasiones se ha ido y he quedado en penumbras, pero que vuelve a mí cada vez que evito pensar en tristezas, temores, lágrimas y soledad...pues sé que nunca más volveré a estar sola o desamparada...Él está allí, en todo momento, sosteniéndome en sus brazos amorosos de Padre... lo he comprobado durante este período que he vivido esta enfermedad.
Estoy dispuesta a sacar fuera de mi vida todos aquellos aspectos que sólo han ayudado a avanzar a esta enfermedad: a desterrar para siempre los fantasmas de mi propio dolor, a erradicar las penas, las rabias contenidas, la ira, las frustraciones y todos aquellos malos pensamientos que sólo han minado mi salud física y espiritual...También estoy convencida que, si todos pudiéramos hacer este ejercicio (el cual no es fácil de realizar), podríamos vivir más sanos y plenos en todo aspecto.
Ojalá hubiera sabido antes todo esto, pues quizás no hubiera enfermado...pero en fin, sólo depende de cada uno de nosotros el no estarlo.
He logrado un gran cambio interior gracias solamente a poner mi vida en manos de Él...