EL VINO Y EL CHAL
Publicado en Apr 21, 2014
El vino, ese día no fue importante, sino la sexual foto que mostrabas... La copa borracha tirada al lado de otra borracha que tú mantenías apretada con unos de tus pies para que no se cayera la última gota del delirio que después íbamos a tener. ¡Oh, pie sublime!, alzado a esa altura del filo de un sofá, que iba a incendiar todos mis sentidos. ¡Carajo!, dónde me quedé...Sí, sí en la foto que mostrabas, en la copa tirada donde se reflejaba uno de tus labrados muslos y, aunque tú estabas en contra de la esclavitud, para que no rodara con nuestro éxtasis, oprimías la botella cual esclava sin libertad, pues pensabas en mi sed, sentada o acostada sobre el sofá, no lo sé, pues mi perspectiva visual no dejaba ver ni tus rodillas, pero eso sí, esa entrada erótica, tapada apenas con el chal blanco que antes tenías en el cuello. ¡Qué grandioso!, te habías quedado como si hubieras acabado de nacer y, además tu cuerpo estaba bañado con el vino rojo del pecado...lo que pasó después, lo guardamos entre otras fotos de nuestro íntimo armario de placer. ¿ Y el chal?, pues se fue directo a la basura, manchado de pasión...
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Elvia Gonzalez
Carlos Campos Serna