Las Montaas Boscosas de Akmola
Publicado en Apr 21, 2014
Las Montañas Boscosas de Akmola
La ciudad de Akmola es muy conocida, además de su comercio, por su célebre facultad de Ciencias Alternativas, perteneciente a la Universidad de Tollheid, academia a la cual pertenezco hace más de un año, soy estudiante de Química de transmutación, mi nombre es Roy Elric, desde el primer día que ingresé a esta facultad, conocí a dos de las mentes más brillantes de la Universidad, Saori Granger y Frank Ivanov, somos estudiantes de segundo año, siempre nos hemos interesado por investigar cosas que van más allá del entendimiento racional, somos fervorosos fanáticos de los libros prohibidos, cada sábado, nos reunimos en la casa de Frank y planteamos nuevas teorías sobre la vida de los seres y como postergarla por unos cuantos años más, aunque Saori y yo somos un poco más filántropos, Frank de vez en cuando plantea teorías tan descabelladas que a veces dudo de su cordura. La Universidad de Tollheid, tiene uno de los laboratorios químicos más grandes del país, éste queda junto al laboratorio de Anatomía y Medicina, donde tienen un horno crematorio gigante, el cual además de desechar y pulverizar casi cualquier tipo de residuo, genera electricidad para la Universidad entera, allí hemos realizado investigaciones un poco ocultas, lo hacemos en horas de la noche, pues la Universidad funciona las 24 horas, nuestro más reciente experimento lo hicimos con un androide, al cual le construimos algunos órganos humanos, como el corazón, pulmones, hígado, etc. Después de casi seis meses de trabajo, logramos que los órganos humanos y el androide funcionaran como un solo cuerpo, lo que nos llevó a pensar en la posibilidad de introducir un cerebro humano a una máquina y que éste lo controlara, lo que generaría un cambio radical para la humanidad. Aunque cada vez nuestros experimentos eran más concluyentes y exitosos, la emoción en Frank disminuía con el tiempo, ya no se emocionaba cómo antes. En el último año de nuestra carrera, ya éramos reconocidos a nivel local, distintos laboratorios nos habían ofrecido empleo para cuando fuésemos profesionales, no obstante nuestra intención era formar nuestro propio laboratorio con el fin de continuar nuestros experimentos. Un sábado de tertulia a los que estábamos acostumbrados, Frank nos planteó la idea de fusionar diferentes partes de animales con un cerebro humano, así lograríamos una evolución alterada pero casi perfecta de una criatura majestuosa en la historia terrestre, él no quería más androides, prefería seres vivos por completo, aunque Saori y yo no concordamos mucho, decidimos apoyarlo, nunca está demás la experimentación, así que acordamos que el viernes en la noche haríamos el experimento. La mañana del viernes, transcurrió más lenta de lo habitual, Saori nos invitó a un almuerzo en su casa, sin duda alguna, su madre cocinaba los más deliciosos manjares de todo Akmola, gustoso acepte dicha invitación, olvidando por completo lo que esa misma noche nos disponíamos a realizar, cuando llegué a la casa de Saori, su madre me recibió con un delicioso filete de pescado akmoliano, una de las especialidades de nuestra ciudad, inmediatamente pregunté a Saori por Frank, ella con voz baja y casi que susurrándome al oído me explicó que él no había podido ir porque tenía que conseguir todo para la noche, de inmediato un frío intenso e inexplicable me recorrió completo, decidimos no comentar nada más durante el almuerzo y nos dedicamos a disfrutar de las delicias que estaban sobre la mesa. Ya eran casi las siete de la noche, Saori me miró y dijo que ya era hora, nos despedimos de su madre e inmediatamente nos dirigimos al laboratorio de la Universidad, mientras caminábamos rumbo a éste, comentamos que un miedo tenebroso nos invadía, pero ninguno de los dos comprendíamos el porqué. En la entrada de la Universidad esperamos casi media hora a Frank, pero nunca llegó, así que preguntamos al portero de turno si había visto a nuestro compañero, éste nos comentó que él había escuchado a alguien en el laboratorio, inmediatamente deducimos que era Frank, nos dirigimos al laboratorio y cuando nos disponíamos a entrar, nos percatamos que la puerta se encontraba con llave, después de casi diez minutos tocando, por fin Frank abrió, nos colocamos los elementos de seguridad, revisamos los equipos y por último repasamos lo que íbamos a realizar. Empezamos a alistar todos los materiales y herramientas necesarias, Frank situó sobre la mesa una bolsa grande y pesada, cuando la abrió los ojos de Saori reflejaron un pánico espectral, eran partes de animales mutiladas y cocidas a un torso de gorila, cuando toqué esa cosa, aún guardaba el calor de la vida, era como si lo hubiesen acabado de crear, Frank nos miró y sin culpa alguna nos comentó que sabía que nos íbamos a horrorizar, que por tal razón había hecho todo él, y que solo nos necesitaba por si algo malo llegaba a pasar, en ese mismo instante conectó a la cabeza de aquella horrenda criatura una especie de plato hondo del cual salía una manguera y terminaba en el extremo con otro recipiente con forma de lámpara, la cabeza de la criatura era de un lobo blanco de ojos amarillos, sus extremidades inferiores eran las de algún felino, su torso era de un gorila y poseía cuatro extremidades superiores, unos brazos largos como de algún tipo de simio, pero lo más aterrador fue ver que también poseía unos brazos humanos, de repente activó un mecanismo el cual no conocíamos y dicho aparato, empezó a hacer una transfusión nauseabunda y viscosa del cerebro de Frank hacia aquella horrenda criatura, después de dos minutos aquel proceso estuvo completo, todo quedó en silencio, el cuerpo de Frank se derrumbó violentamente y la criatura comenzó a moverse convulsamente, hasta que se sentó nos miró con unos ojos de pánico y con voz gutural pronunció unas palabras que hasta el día de hoy retumban en mi mente cada viernes en la noche, “nunca debí hacerlo, mi alma y la de estos animales está maldita, es el mismo infierno, huyan, huyan sin mirar atrás” en ese instante la criatura se derrumbó, Saori y yo le aplicamos un anestésico, lo subimos a la camioneta de Frank, nos devolvimos al laboratorio y dejamos cocinando una sustancia que después de veinte minutos generaría una pequeña explosión lo suficientemente fuerte como para destruir medio laboratorio, colocamos el cuerpo sin vida de Frank al lado de la mezcla junto con todos los papeles y teorías del experimento, nos subimos a la camioneta con un arma nos adentramos durante seis horas en las montañas boscosas, mientras Saori liberaba a la criatura, yo le apuntaba con el rifle, cuando me disponía a matarla, abrió sus ojos y dejó escapar una pequeña lágrima, no fui capaz de hacerlo y la criatura escapó perdiéndose en la noche oscura del bosque. La Universidad, hace un sentido homenaje al prometedor estudiante Frank Ivanov, quien hace diez años murió en un terrible accidente en el laboratorio de la facultad de ciencias alternativas, la reconstrucción del laboratorio tardó 2 años y fue reinaugurado con el nombre de Frank Ivanov, aunque hace diez años ocurrió tan trágico suceso, también casi desde esa misma época, aumentó el turismo de aventureros y fotógrafos, por los rumores de los montañeses, que juraban haber visto a la bestia de las montañas de Akmola, que cada año, por una misma época, todo los viernes en la noche, aúlla casi como un humano, lamentando su terrible y vacía existencia en la soledad de las montañas boscosas de Akmola. Camilo Henao Valencia.
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Sheko Cruz
Saludos amigo ..
Camilo Henao