Paula, una mujer muy trabajadora, a la que la vida muy sabiamente le dio dos fortalezas, pero que muy cruelmente, le puso pruebas demasiado fuertes; quizás para cambiar algo en ella misma que no marchaba bien o para hacerle entender que no todo lo que brilla, suele ser lo más valioso que tengamos frente a nuestros ojos.
Desde muy joven era independiente, apenas terminó sus estudios secundarios, se abrió camino para demostrarles a los padres que era autosuficiente. Cursó una carrera y obtuvo su título de tercer nivel. Más adelante en su trabajo, conoció a quien sería con el tiempo su esposo, lo que ella no sabía era que él había tenido antecedentes en la cárcel, fue acusado de asesinar a una mujer, pero por no hallar pruebas suficientes, el juez lo declaró inocente.
Asimismo había un amigo de toda la vida que vivía enamorado de ella, pero nunca lo vio con otros ojos que no sean de amistad y tampoco le parecía lo suficientemente atractivo para ella.
Todo era maravilloso, como si bailara encima de la luna. Ella se enamoró de Fausto, de quien solo conocía lo que él le había dicho, una historia basada en mentiras, pero que él sabía, que si le contaba se alejaría.
Así se casaron, llegando a consumir el matrimonio con dos frutos, que eran su razón de existencia.
Un día por trabajo tuvo que viajar a otra ciudad y esto le causó molestia a Fausto. Aparte de la mudanza, ella no compartía mucho tiempo con ellos, porque tenía una tremenda responsabilidad en la empresa. Su conyugue en lugar de apoyarla, le cogió envidia porque ella llegó a ganar mucho más de lo que el generaba en su trabajo. Hasta que un día su paciencia se agotó y le amenazó diciendo: Si tu no renuncias, no vas a ser de nadie. 
Paula no entendía esta expresión y lo terminó complaciendo tapando el problema con caricias falsas, como suelen hacer muchas parejas, tapando los graves problemas que enfrentan.
Transcurrieron tan solo dos semanas, de aquella pelea y Fausto había maquinado un plan macabro. Llegando al cuarto la engañó besándola y la amarró, encerrándola por varias semanas, en un pequeño ático que tenían. Los hijos se encontraban sorprendidos por la ausencia de su madre y él los tenía engañados con el argumento, de que su madre se hallaba de viaje por trabajo.
La pobre Paula, era objeto de maltrato, violaciones y golpes por parte de su amado esposo.
Uno de los hijos, decidió seguir a su padre porque presentía que algo no lo convencía, descubriendo así que tenía encerrada a su pobre y dulce madre; pero era consciente que aún no contaba con la fortaleza para enfrentar a su padre, así es que decidió avisarle a José, el amigo fiel que siempre tuvo su madre y que vivió enamorado de ella. José reportó a la policía lo acontecido e inmediatamente acudieron al lugar, teniendo una lucha espantosa que terminó con el arresto de Fausto, quien ya había sido detenido antes por el mismo hecho, solo que no se pudo demostrar lo acontecido porque la víctima no fue descubierta por nadie.
Así se enteró Paula, del que ella consideraba un ser maravilloso, era un sicópata asesino. No sabía cómo perdonarse tal error, que la marcó por siempre y en especial a sus hijos. Había perdido lo más grande que puede tener un ser humano las alas para volar en la vida y hasta la ilusión de amar, porque José ya había encontrado una nuevo amor, del cual era totalmente correspondido. Terminó como mujer sola, pero como madre llena de sus dos tesoros, sus hijos.
MORALEJA: Un gran porcentaje de las personas, se dejan llevar por lo físico, por lo que atrae a primera vista, desvalorando lo simple, pero que encierra un gran erario.
Muchas mujeres son maltratadas a diario, por éstas malas decisiones, y pierden su autoestima y valorización, o dejan las cosas así como si nada, tapándolas con sexo superficial, como fue en este caso, no queriendo ver lo que estaba frente a sus ojos. Paula perdió casi todo, y hasta el amor puro que alguien le ofrecía, por suerte tuvo el refugio del cariño y ternura de sus hijos, pero hay mujeres que pierden absolutamente todo, hasta los hijos. Recuerden esto siempre, tenemos que ser exigentes con nosotros mismos, valorar lo diferente, lo que de verdad conquista y atrapa, la luz, transparencia de otro ser humano. Tener presente que nadie le pertenece a nadie, los que encontramos a alguien en nuestro camino, es solo para que lo pincele de ternura, de comprensión, pero bajo ningún concepto, para que sea nuestro esclavo(a), o para que le rompamos su círculo social, ese es un gran error que cometen muchísimas personas. Los triunfos de una pareja son siempre compartidos, si uno brilla más que el otro, no debe importar porque todo se fusiona y es motivo de orgullo. Valórense siempre y valoren lo que la vida les pone alrededor, no vaya a ser que por estar mirando siempre el mismo frente, pierdan lo valioso y maravilloso que puede haber en las esquinas. Lo más hermoso por lo general, no llama la atención, recuerden que las perlas antes de ser descubiertas están en un carapacho que no es nada llamativo, así son también algunos seres humanos, pero cuando los descubres, su luz es fascinante.