Recuerdos
Publicado en Apr 27, 2014
Esta vez tomo un poco de aire mientras recuerdo lo que hice durante este tiempo, el doctor dijo que me haría bien y debo darle la razón, me siento un poco más relajado aquí.
Hace unos días pasé por la plaza que solíamos frecuentar, si, la que está a unas cuadras de casa. No salgo mucho en realidad y por eso en mis últimas visitas el doctor se la pasó regañándome un largo rato, yo, me perdía mirando por la ventana. Me gusta desobedecer de vez en cuando, me hace sentir que puedo seguir siendo lo que era aún a estas alturas. En fin, dejó de ser el tranquilo espacio verde de hace algunos años, los niños que jugaban antes ya son grandes y poco queda de los viejos que los acarreábamos contra nuestra voluntad muchas veces. Algunas noches un campo de batallas y en muchas otras el refugio de algunos hombres sin hogar, “errantes de la oscuridad” como me gusta llamarlos, que así como llegan entre sombras se van antes del alba. La otra mañana noté que la estatua de Juana Moro, la que solíamos trepar, ya no está, hace un tiempo según pude deducir. En su lugar pusieron un cantero con algunas flores, cercado con rejas negras y un farol medio viejo en el centro. Los bancos rotos fueron "rearmados" y otros directamente reemplazados por pequeños pinos. Los arboles más viejos ya no están y en su lugar colocaron algunos nogales y naranjos perfumando la tarde. Me siento bajo alguno mientras hojeo el periódico, ya ni lo leo, no llego ni a abrirlo siquiera, me es más fácil enterarme por el hombre de la revistería de todo lo que dice en él y bueno… termino comprándolo por cortesía más que nada. Anoche miraba algunas fotos celosamente guardadas en el baúl, aquí, a un lado de la biblioteca. Algunas las acomodé en tú álbum, el que compramos mientras paseábamos por Alberdi la ultima vez en busca de un taxi, para que las lleves cuando vuelvas por casa. Yo, conservo todo en la memoria, sigo siendo un animal de recuerdos, lo sabes. Entre ellas encontré una un tanto particular, es una hermosa foto. Te alegrará saber que hace un par de meses que no fumo, más por órdenes medicas que por voluntad propia, confieso prender alguno con el café de vez en cuando pero muchas de ellas solo está a mi lado como mera compañía. En fin, me despido. No creas que olvidé las cartas anteriores, no has respondido ni una en meses y la verdad solo quiero saber de ti. Me bastaría con que no cuelgues el teléfono o que la pequeña Canela no me hable a las apuradas cuando intento comunicarme contigo. Quiero saber cómo estás, que sepas que te quiero y que te recuerdo todo los días desde el primero hasta el último. No intento obligarte a nada pero es que te necesito tanto. La luz de tu cuarto permanece encendida al lado del último libro que empezamos juntos, me gustaría poder terminarlo de la misma forma. No olvides que te quiero, que te amo. Continua bella como siempre y no dejes de sonreír. Con amor Papi
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afternoise
Oscilando en un Pndulo