Uno, dos, tres, contar, renovar
veintiséis olvide que tenía que contar
una pared salió de la nada, debo olvidar
estaba escuchándome a mí mismo, no lo se
un paquete de fideos, un aceite, no debí comprar
el déficit de atención yo lo sé no existe
tu tal vez eres muy simple, no importa tu tema
tal vez yo soy muy simple solo quiero reconocerlo
te juro no recuerdo haberlo hecho, o menos saberlo
estaba solo sentado, apareciste de la nada hablando
sobre tu vida, la cocina, supersticiones, mala proposiciones
estabas luna, estabas llena de tanta sabiduría
rayos yo no escucho solo hago lo que dicta mi voz
arrastrado por las emociones o por las ilusiones
me mira a mí, y dice seguro tiene déficit de atención
es una fiesta, una generación llena de temas superficiales
escritores románticos pocos de ellos han sobrevivido
escritores buenos, iré a mirar al cementerio
cuando el déficit de atención te seduce no te tienes
ella comenzó, sabía que yo no sé cómo parar
somos pocos los valientes que decimos lo que pensamos
no son números, las personas son hecho reales
yo no gano de ello, tampoco de tener este maldito talento
te miran y dicen que eres bueno pero con déficit de atención
yo solo hice una carrera, no cuentes la historia
el cielo era el límite y sigue siendo el mismo de entonces
cuando sonríes o cierras los ojos me puedes encontrar
no me hagas empezar porque ya estaba terminando
no me hagas pensar porque nadie sabe de voluntad
la salida es la que más te puede gustar,
                                                          al final del pasillo, está buscándote, para amar