UNA TA CON UNOS HUEVOS MUY GRANDES
Publicado en May 12, 2014
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¨Me gustaría que mis memorias quedaran escritas para que mis hijos, mis nietos, mis bisnietos cuando yo me haya ido y no regrese, puedan leer cómo fue mi niñez, cómo fui creciendo, cómo me desenvolví después de mi matrimonio.
Cuando mi madre enviudó, nos dijo que debía tomar las dos riendas; o sea, ser papá y mamá al mismo tiempo. Luego llamó a dos de mis tíos. Con ellos, mis hermanos aprendieron a trabajar dos parcelas que nos heredó mi padre. A pesar de ser una niña huesuda, iba con gusto a dejar la comida a mis parientes, mientras estaban sembrando. Me agradaba ver crecer las mazorcas de maíz. Las cuidaba para que no se las comieran los zanates. ¡Ay Díos mío!, como quise a esos tíos que enseñaron a mis hermanos a trabajar.
El pueblo era muy bravo, siempre había balazos, sobre todo de dos familias que se mataban entre ellos. Vivíamos en una casita muy humilde de una sola puerta y una ventana. Los muros eran de bajareque con piso de tierra. Mi mamá siempre la andaba alisando con barro. Aunque era una casa de campo, la veía bien bonita, muy hermosa. Teníamos algunas vacas, puercos y guajolote. Nosotros fuimos felices en el campo. Teníamos pensamientos sanos, no pensábamos nada malo. Jugábamos a la comidita con las frutas, cortadas de los árboles, o brincábamos la reata. Los niños jugaban a las canicas. Me gustaba ir a la escuela, donde los niños de diferentes edades aprendían lo mismo, porque la maestra nos dejaba la misma tarea. En una ocasión llegaron unos señores de la ciudad. Nos dijeron que eran de un partido político. Nos prometieron la construcción de una escuela muy bonita para que los niños aprendieran en diferentes salones. Hasta memoricé una porra que decía: ¨Agua, limón y papaya, que Padilla nunca falla¨. Hasta le hicimos valla. Pero el ¨cabrón¨ que falla, pues nunca vi la escuela soñada, que nos prometió. Quería estudiar y terminar la primaria. Creía que terminándola, iba a ser maestra o doctora y con esto iba a ganar mucho dinero para ayudar a mi mamá que trabajaba desde la salida del sol hasta cuando se escondía de la luna. Un día no regresó la maestra y nos mandaron otro maestro y luego otro y otro y después ninguno. Por eso ya no fui a la escuela.
Todavía sueño con esa escuela grande con mesas y sillas bonitas, que Padilla nos prometió. No sé, hasta que grado terminé. Puede ser el segundo o el tercero. Apenas aprendí a escribir y a leer con el silabario, pero yo pensaba ser útil estudiando. Cuando faltó dinero en casa. Mi mamá que era muy inteligente, empezó a vender los puercos y vacas. Además, ya se estaban robando estos animales. Ella era muy buena. Mucha gente la quería. Siempre proporcionaba el pilón: si le compraban un kilo de carne, el cliente se iba con un kilo y medio. Luego vendió pan y unos huevos muy grandes. Con el tiempo, le tuvimos que ayudar con el trabajo, por eso nosotros, sus hijos, nos olvidamos definitivamente de la escuela.
Tuve tres novios. Me casé, cuando ya estaba de pensamiento. Madurita pues. Yo pensaba casarme como en la foto: con vestido blanco, pintada de la cara para estar muy bonita en mi gran fiesta. No me casé enamorada, pues como dicen hoy: Nunca sentí mariposas en el estómago. Mi esposo fue muy caballeroso conmigo y muy trabajador. Él siempre me regalaba cosas que traía del lugar donde trabajaba, por eso lo quise.
En mi tercer embarazo, le ofrecieron unos terrenos ejidales para sembrar verduras y frutas de la estación. Me quedé sola en la casa de mi suegra. Cuando nació mi hija, le comenté que quería irme con él, pero él me contestó que la niña era muy pequeña para llevarla a los terrenos en donde había muchas culebras, alacranes y mosquitos. ¡Oh, sorpresa la mía!, me enteré que tenía otra mujer que había trabajado en un lugar poco recomendable. Además, apostaba en los gallos y jugaba barajas. Como siempre perdía, ya no me mandaba, ni para los huaraches. Al final, no discutí con él. En compañía de mis tres hijos, abandoné la casa de mi suegra que no me trataba bien y, con el dinero que había recibido de una tanda, renté una casa. Por necesidad me volví maestra, aunque apenas sabía leer y escribir. Fui de casa en casa para hablar con las madres para que ellas me mandaran a sus hijos pequeños a mi nueva vivienda y ahí aprendieran a leer con el silabario. Bien limpitos y bañaditos venían caminando desde la montaña. Cobraba cinco pesos por cada uno de ellos cada ocho días. Después de algunos años, pude ahorrar algún dinerito, impartiendo clases privadas. Pero, un vecino envidioso me denunció con un inspector de la Secretaría de Educación Pública. Como no tenía diploma, me quitó mi puesto de maestra, así que me compré una mesita, la cual cargaba todos lo días al mercadito para vender jugo de naranja y leche. Otra vez, ahorré unos centavitos. Un día se me acercó la viuda de un ladrillero para pedirme tres mil pesos. Ella quería comprar leña para cocer los tabiques crudos, que había dejado su marido; el difunto. Sin pensarlo le di el dinero. Por esos días me habían ofrecido un terrenito en el monte. Con mis hijos lo limpiamos cada fin de semana. Por tanto trabajo, se me olvidó lo que había prestado, hasta que la viuda apareció en el mercado para devolverme ese dinero que se transformó, primero, en tabiques, luego en mi casa donde eduqué a mis tres niños.
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Foto del autor Carlos Campos Serna
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Descripción

La historia de una tia que apost al trabajo

Palabras Clave: ta trabajo escuela

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlos Campos Serna

Derechos de Autor: Carlos Campos Serna


Comentarios (3)add comment
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Elvia Gonzalez

hermoso relato, triste a la vez, pero es la fuerza y el coraje que tiene una madre, para dar de comer todos los días a sus hijos, y cada vez mas en la actualidad, se es madre y padre, y la ilusión que quedo trunca de ser maestra, grato leerte.
Responder
May 15, 2014
 

Lucy reyes

Qué buen relato haces de memorias que interesan al recuerdo de familiares. Me gusta mucho la historia. Te felicito.
Responder
May 12, 2014
 

Carlos Campos Serna

La gente me pregunta por qué escribo. Yo contesto para que mis recuerdos no mueran...
Responder
May 13, 2014

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