Coma 3
Publicado en May 26, 2014
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El lugar, que había estado a oscuras, se iluminó de repente. Así, Tom pudo distinguir que las manchas de las paredes eran sangre seca, y las mesas tenían instrumentos quirurgicos, vasijas pequeñas y vendas.
Con la luz, llegó el ruido. Se oyeron quejidos, alaridos y súplicas de dolor. Se escuchó el ruido sutil de cuchillos afilandose, y luego el inconfundible sonido de una motosierra al encenderse.
Una vez más, Tom luchó por soltarse de sus ataduras sin éxito. Se oyó ruido de pasos, que se acercaba cada vez más. La puerta se abrió y entró un sujeto con una mascára de hierro que le cubría toda la cabeza, ataviado con um uniforme mugriento que pretendía ser magenta. Se acercó a una mesa con paso lento y revolvió lo que había ahí, produciendo un ruido metálico
.Un alarido de dolor atravesó el aire, medio ahogado por el sonido de la motosierra. El sujeto dejó lo que hacía y levantó la cabeza.
-Malditos locos- masculló irritado-. Les he dicho a los otros como silenciarlos y no obedecen.
Locos. ¿Era Coma un manicomio? Tom no estaba loco, no tenía por que estar ahí. ¿O acaso era algo peor? ¿Sería Coma un matadero? ¿Era la muerte lo que le esperaba en esa habitación?
Nuevamente, trató de soltarse pero las correas lo mantenían firmemente atado. El sujeto se volvió hacia él y le miró como si fuera una molestia.
-Deja de hacer eso. No cambiaras lo que sucederá.
-¿Qué sucederá?- preguntó Tom.
Se arrepintió de haber preguntado. El sujeto se acercó a él con un cuchillo de carnicero y dijo:
-Esto te va a doler y yo lo voy a disfrutar.
El sujeto estuvo a punto de clavarle el cuchillo pero se detuvo. Se escuchó un chirrido agudo, y el sujeto retrocedio asustado.
-¡No!- gritó- ¡Alejate, bestia del infierno!
Algo pasó sobre Tom y se abalanzó sobre el tipo, que soltò un grito al ver a la cosa saltarle encima. Las correas que sujetaban a Tom se soltaron de repente y él se levantó y salio corriendo.
El pasillo al que había llegado estaba repleto de gente que andaba con paso vacilante. Miradas vidriosas lo seguían mientras avanzaba entre ellos, tratando de esquivar heridas abiertas que secretaban sustancias irreconocibles, manos de uñas largas y enterradas que intentaban agarrarlo, cuerpos con protuberancias desconocidas para los seres humanos...De repente, Tom sintió como una mano se aferraba a su brazo y lo jalaba, obligandolo a voltearse.
Una anciana horripilante lo miraba con ojos bizcos en los cuales había un dejo de locura. Sus manos eran como garras, su cara era espantosa: tenía la mitad del rostro chamuscada, mientras que de la otra mitad colgaban pedazos de piel.
-Tú nos salvarás- dijo con voz áspera. Miró fijamente a Tom y dijo, como convenciendose de algo-: Sí, tú lo harás. Nos salvaras a todos.
La anciana soltó a Tom, y él reanudó su marcha. Entonces se escuchó un grito de furia y el sujeto de la mascára de hierro apareció, corría freneticamente apartando a los demás en busca de su presa. Tom sintió como una mano suave lo jalaba y lo guiaba a una habitación, cerrando la puerta tras de sí.
-Me llamo Amora, la de las respuestas claras- dijo la aparición.
Era una mujer con un vestido negro, pálida y de cabello rubio.
-¿Qué es Coma?- le preguntó Tom.
-El infierno en la tierra- dijo Amora-. Un lugar maldito a donde llegan a parar los desdichados y los locos.
-¿Cómo llegué aquí? Yo no estoy loco ni soy...Tom se intertumpió antes de decir la última palabra: desdichado. Entonces, a su mente llegó el primer recuerdo claro que tenía: una joven de piel oliva y cabello oscuro sentada a la sombra de un abedul, rebosante de vida.
-¿Ya has recordado tu desgracia?- preguntó Amora.
Tom no respondio.
-Esa anciana, la del pasillo...dijo que yo los salvaría.
-No hay salvación para ninguno de los que están aquí.
Algo golpeó la puerta. Amora la miró y luego dijo:
-Vete, sigue derecho y entra por la primera puerta que encuentres.
Volvieron a golpear la puerta con más fuerza. Tom salió corriendo por el pasillo, sin voltear atrás y llegó a una puerta de acero con manchas de oxido. Giró el picaporte, pero la puerta no se abrió. Volvió a intentarlo, golpeando la puerta con el hombro y logró abrirla un poco, golpeó con más fuerza y la puerta se abrió un poco más, lo justo para que pudiera entrar. Se coló por la abertura y luego que entró empujó la puerta para cerrarla y atrancarla.
Sintiendose a salvo, se dio media vuelta y se encontró un escenario perturbador.
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Foto del autor Ana Fernandez
Textos Publicados: 63
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1 Comentarios 654 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: cuento claro suspenso

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



Comentarios (1)add comment
menos espacio | mas espacio

Benito de Toms

Más que el Infierno en la Tierra se asemejaría a una ECM Negativa.
Responder
May 27, 2014
 

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