Diario de una victima
Publicado en Sep 09, 2009
Mis amigos, enemigos y familiares, siempre me vieron como una mujer frágil, indefensa y hasta inofensiva...
Mis padres se separaron antes de yo naciera, ella se dedico a trabajar, mientras yo estaba con mi abuela, ella era una buena mujer, algo mal humorada e ingenua, nunca pudo ver toda la cantidad de oscuridad que nos rodeaba. No había llegado a los 12 años, cuando ya era victima de un maldito degenerado, hizo con mi delgado y apenas en crecimiento cuerpo todas las porquerías que se le ocurrieron, pero aun así continuaba siendo un ser humano. Mi madre se negó a creerme, pues el acusado era el hombre con quien dormía, así que simplemente me amenazo y me obligo a callar, pero nunca hizo nada por protegerme, me dejo sola y me obligo a ser lo que soy. Luego vinieron los chicos de mi edad, que me venían como un trozo de carne al que todos quieren saborear para luego expulsar, más aun seguía siendo un ser humano. No me quedo nada agradable para recordar de mi niñez, los buenos recuerdos me los hice con los años. Un buen día, el amante de mi madre amaneció frío y con la boca llena de hormigas, fue la imagen más maravillosa que mis ojos vieron, los doctores dicen que murió envenenado, con una sustancia que nunca descubrieron que era, tal como decían los libros de la biblioteca, no dejaba rastro. Mientras mi madre lloraba sobre su ataúd, y decía una y otra vez cuan buen hombre había sido, yo cantaba en mi mente una canción de cuna. De los tontos que en mi adolescencia me hirieron tanto, pues que podría decirles más que todos murieron de extrañas formas, claro que debo confesar que todos murieron sonriendo y que nunca otro ser humano volverá a llorar por su culpa. Mientras a mi paso se derrumbaban todos yo me fortalecía, me convertía en una mujer hermosamente frágil, dulce e inocente. Creo que no perdone jamás, fui implacable, ágil y cuidadosa, hasta cuando creí que había hallado mi punto de equilibrio, a partir de ese momento empecé a construir una nueva historia para mí, tenía un futuro prometedor y sobre todo tranquilo. Mi corazón no palpitaba más que lo suficiente para mantenerme en pie, no había nada que me emocionara pero tampoco me intranquilizara, podía dormir en las noches y hasta sonreía en ocasiones. Hasta que me alcanzo esa extraña sensación, mis días empezaron a cambiar, tenia ganas de vivir, tenia ilusiones y hasta hacia planes, el desato todo ese cambio en mi y puso en mi boca esa hasta hora desconocida palabra... "Esperanza" Pero tú puedes dormir el monstruo dentro de ti, mas no matarlo por que simplemente seria un suicidio. El me amo hasta con su último aliento, pero yo.... Ya no era un ser humano.
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Delfy
Saludos
Delfy
candido
cual seria la patria de esa muchacha violada desde la infancia, en ese caso como el de todos los que sufren,
han sufrido y sufriran ,su infancia es el infierno a olvidar con el agravante de que ese sufrimiento,desvalimien-
to, abuso e injusticia sea posiblemente inolvidable.
Delfy
saludos
Delfy
Delfy
Saludos
Delfy
Arturo Palavicini
Primero una disculpa por haber llegado tan tarde a comentar tu texto.
Es un relato muy crudo, muy real y, desafortunadamente, muy comun en nuestros días.
El título me parece muy acertado, porque en realidad la víctimaria es la víctima de todo este drama.
Felicidades Delfy, has mejorado muchísimo en tu narrativa, tus textos fluyen muy bien.
Saludos desde México.
Arturo Palavicini
Verano Brisas
Delfy
Saludos
Delfy
Anna Feuerberg
Buen texto, desprecio la vil ignorancia de los hombres que juegan con los sentimientos puros de las mujeres que creemos en la ilusión del amor. Lamento el conformismo de las madres que no levantan su palabra para proteger a sus hijas. En honor a la ficción y a todos esos canallas que murieron regalándote una sonrisa, me hubiera gustado que el relato terminara con un poco más de perversión por parte de la protagosta. Pero bueno, así somos, un pan de Dios.
Un beso grande,
Annita
Delfy
Saludos
Delfy
Sandra Miranda
Pero lo que le pasò a esa mujer NUNCA se olvida