Coma 4
Publicado en May 28, 2014
Allá donde fijara la mirada, Tom veía cadáveres en diversos estados.
Todos colgaban de ganchos como si fueran pedazos de carne en una carnicería. Algunos estaban en carne viva, a otros les faltaban miembros y otros más estaban putrefactos. Más allá había mesas de laboratorio y muebles con frascos. Tom se convenció de su primer pensamiento sobre Coma: era una pesadilla. Al acercarse a los muebles, vio que dentro de los frascos había trozos de piel, lenguas, ojos y otras partes del cuerpo. De repente, Ilyana apareció. -Ven- invitó.-Estoy aquí para guiarte. -¿A donde vamos?- preguntó Tom mientras se dirigia hacia ella. -A la primera prueba de tu redención. Ilyana atravesó una pared, y Tom vio como una puerta se materializaba en el punto donde Ilyana había atravesado la pared. La puerta se abrió y Tom atravesó el umbral. Vio más cuerpos, tendidos sobre mesas de metal, inmóviles. Todos tenían los ojos cerrados, y Tom creyó que estaban muertos.Entonces reparó en que los cuerpos estaban encadenados a las mesas con grilletes que sujetaban manos y pies a las mesas. Tom se acercó a uno de los cuerpos; era de un hombre joven, de cabello oscuro y piel cetrina. El joven abrió de golpe los párpados, mostrando dos cuencas vacías y sanguinolentas. Tom se apartó, horrorizado. Los demás cuerpos empezaron a moverse y a gemir lastimeramente. Ilyana apareció y dijo: -Solo tú puedes ayudarlos. -¿Cómo?- se sorprendió Tom. A su parecer, no había nada que él pudiera hacer para ayudar a esa pobre gente. -Pon fin a su sufrimiento- indicó Ilyana. Tom se escandalizó. -Quieres decir que los...¿asesine? Ilyana sonrió.-No sería la primera vez que asesinas a alguien. Con estas palabras se perfiló otro recuerdo. Tres hombres encapuchados yacían en el suelo, brutalmente asesinados. En el recuerdo, Tom se vio a sí mismo con la ropa manchada de sangre y con un tubo en sus manos. A sus pies estaban una navaja y un rifle. Vio a Ilyana, que sonreía ufana, y supo que hacer. Tom buscó por todos lados hasta hallar un bidón lleno de gasolina, la cual roció por el lugar. Halló una caja de cerillos y, encendiendo uno, lo arrojó a la gasolina. Con un chisporroteo, el líquido se encendió. Ilyana guió a Tom por otra puerta, la cual desembocaba en otro pasillo oscuro. -Sigue por ahí- dijo-. Ese camino te reencontrará con tu tortuoso pasado. Tom atravesó la puerta y avanzó por el pasillo hasta llegar a una abertura, la cual también cruzó.
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