Cuento
Publicado en May 30, 2014
La tardecita cubre de marrón intenso los muebles de la casa.
Mi alma en paz regresa en puntillas. La muy tonta se había ido a pasear sus penas al zoo. Y allí, entre jirafas y rinocerontes, vió de pronto un pájaro suave y se enamoró de él. Qué tonta , qué tonta eres, le digo. Acaso no sabes que los pájaros, sobre todo los de dulce plumaje son aviesos ladrones de amor, y que no lo devuelven? |
Enrique Gonzlez Matas
MUY BUENO. UN GRAN ABRAZO.
Guillermo Capece
gracias por tu analisis y buen comentario,
Abrazo
Guillermo